21/11/2024
Literatura
La historia y Schmucler
Ciudad de México, 5 de febrero.- «Esta novela no habla sólo de una calle, habla sobre el tiempo y la historia», dijo ayer Benjamín Cann durante la presentación de El guardián de la calle Ámsterdam, novela de Sergio Schmucler que inaugura la colección de narrativa de Elefanta Editorial, en Casa Refugio Citlatépetl. Entre amigos y lectores, Schmucler dio una presentación breve y cálida, acompañada de una lectura dramatizada y de toques de comedia política. La trama de El guardián de la calle Ámsterdam se desarrolla en la conocida avenida de la colonia Condesa, pero sus asuntos y reflexiones rebasan un espacio geográfico. La migración es uno de los temas con mayor presencia en sus páginas. «Yo creo que es una novela de alguien ya transmigrado. Mi primera novela fue desde el exilio; era una mirada detrás del vidrio, una mirada de un exiliado adolescente. Esta es su complemento, es ya de este lado mexicano, es sobre cómo percibimos como migrantes y como mexicanos a la ciudad. A pesar de no serlo, me siento un escritor mexicano», dijo Schmucler. En la novela pueden leerse distintas capas de la historia universal y mexicana, y el proceso de escritura que implicó poder hablar de esas épocas manteniendo como vértice una topografía muy específica fue una complejidad, en palabras de Schmucler. «Necesitaba un mecanismo dramático que me permitiera hacerlo. Pensé en esta capacidad física de la calle Ámsterdam y sobre todo en un personaje que se volviera claramente receptor, y por lo tanto lo vacié, y como está vacío, se nutre de las memorias del mundo; recurrí a un personaje que me permitiera succionar muchas épocas», describió. Schucler, nacido en Argentina, llegó a la ciudad en 1976. «Aquí estudié, aquí tuve mis hijos y aquí vivo, aunque ahora estoy yendo y viviendo de Argentina para acá». El autor piensa que los cambios por los que ha atravesado la capital son meramente urbanísticos. «Las cosas se van modificando urbanísticamente, pero en términos de profundidad, en términos antropológicos, yo creo que sigue siendo lo mismo. Por eso la masacre de Ayotzinapa, o cualquiera que quieras nombrar, son parte también de la historia de esta ciudad que siempre mira desde fuera lo que acontece. Así como vio desde la lejanía la Revolución de 1910, vio de fuera la revolución cristera, vio de fuera la Reforma, todo siempre ocurrió afuera. La ciudad de México siempre se considera como algo externo», concluyó.