24/11/2024
Artes visuales
VALSE TRISTE
Con la idea de rendir homenaje a la participación heroica de miles de mexicanos en el movimiento armado de 1910, así como a aquellos que trabajaron detrás de la cámara en el registro de los eventos asociados con esta guerra, el Museo del Noreste exhibe La Revolución Mexicana: Un Valse Triste.
La exposición se compone de manera primordial de fotografías del archivo del coleccionista Elmer Powell, aunque también se incluyen esculturas, pinturas y vídeos hechos durante el conflicto, o bien, inspirados en él. Pintores como José Clemente Orozco, David Alfonso Siqueiros y Roberto Montenegro, entre otros, conviven con artistas visuales que, si bien no fueron reconocidos durante su época, sí dejaron trabajos de valor fundamental en la fotografía histórica; asimismo, se argumenta que algunos de los grandes pintores de la época se inspiraron en estos trabajos, poco conocidos o inclusive anónimos, para crear sus obras. Con esto la muestra, además de exponer diversas realidades de la Revolución Mexicana, busca rescatar el valor histórico y estético de las imágenes inéditas, anónimas o poco difundidas de este conflicto.
La exposición se divide en seis ejes: «Fotohistoria», «Contra la colonización de la mirada», «Vintage», «Valse Triste», «Diálogo entre fotografía y otras artes», y «Los Fotógrafos». En la primera sección se establece un diálogo entre obra-espectador. La museografía permite sensibilizar al espectador en cuanto al valor de la fotografía histórica mediante sencillos (pero necesarios) ejercicios, tales como una fotografía de Francisco Villa (de fotógrafo desconocido), en la cual se extrae una cabeza de un cuerpo para mostrar el ambiente de la foto. Así, con obras contemplativas e interactivas, la exposición sube de nivel hasta llegar a su cúspide: «Valse Triste».
«Valse Triste» es un video de alrededor de doce minutos que constituye la esencia de la exposición: una secuencia de crudas imágenes de cadáveres o seres agonizando durante la revolución mexicana. Al final, se escucha el fragmento de un texto de Juan Rulfo: “El mundo está inundado de gente como nosotros y alguien tiene que oírnos, alguien y algunos más, aunque les revienten o les reboten nuestros gritos”. El objetivo es, entonces, sacar al mexicano del cuadro y mostrarle las consecuencias, o bien, perspectivas de aquello que implicó y ocurrió en este acontecimiento.
Sin duda, se trata de una de las exposiciones de tema histórico mejor logradas que hayan llegado a la ciudad recientemente, sobre todo por la efectiva museografía, la cual permite entablar un valioso diálogo entre obra y espectador. Recorriéndola, resulta difícil no contagiarse de la tristeza de esta danza macabra, lo cual es un testimonio más de su elocuencia.
La Revolución Mexicana: Un Valse Triste permanecerá en exhibición hasta el 28 de junio.