16 de agosto de 2017

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También las artes cambian al mundo

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Nicolás Cabral | viernes, 10 de julio de 2015

Son días ingratos en los que desaparecen, una tras otra, personas que nos han permitido ser mejores lectores. Hace casi un año partió Jaume Vallcorba, filólogo y editor, fundador de Quaderns Crema y Acantilado. Qué decir más allá de una constatación: no pasa un mes sin que lea o consulte algún libro de su catálogo.

Desde Argentina llegan noticias tristes: Edgardo Russo, Jorge Álvarez, Hugo Gola. A Russo se lo recordó aquí. De Álvarez, sólo decir que dio a imprenta los primeros libros de Walsh (uno de cuyos asesinos, por cierto, fue detenido ayer en Porto Alegre), Puig, Saer y Piglia. Ah, y fundó el sello discográfico que posibilitó el nacimiento del rock argentino. Poca cosa.

A Gola se lo recuerda, con justicia, como poeta, pero dirigió dos revistas fundamentales: Poesía y Poética y El Poeta y su Trabajo. Editó también, en la Universidad Iberoamericana y luego de manera independiente, libros indispensables para acercarse a algunos autores señeros de la modernidad. Junto a otro poeta del sur del continente (saludos, Eduardo), descubrió a dos generaciones de poetas mexicanos que Paz no era el principio ni el fin de la poesía.

¿Qué más se puede decir? Algo muy sencillo: sin el trabajo de Vallcorba, Russo, Álvarez o Gola la cultura en español sería más pobre. Resta dar las gracias.

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