Desde Good News (1990) el guionista, productor y director Ulrich Seidl (Viena, 1952) ha hecho de la mirada documental la marca distintiva de su obra, que cobró notoriedad a partir de Días de la canícula (2001), por la que fue reconocido con el gran premio del jurado en el Festival de Venecia, así como por Import/Export (2007). El cine de Seidl, como las obras de sus compatriotas Michael Haneke, Elfriede Jelinek o Thomas Bernhard, arroja una mirada glacial a las particularidades del espíritu centroeuropeo. Estos días se puede ver Safari (2016), su más reciente documental, en la Cineteca Nacional.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Caminar en el bosque.
¿Qué palabra utilizas con más frecuencia?
Rechazar.
¿Cuál fue el último libro que te resultó admirable?
Mittelreich (2013), de Josef Bierbichler.
¿Y película?
Sickfuckpeople (2013), de Jury Rechinsky.
¿Qué disciplinas artísticas te interesan además de la suya?
La fotografía y las artes visuales.
¿Qué música te conmueve?
La de Gustav Mahler y la de Franz Schubert.
¿Qué te indigna?
La supuesta corrección política.
¿Qué te alegra?
La libertad.
¿Por cuál ciudad sientes debilidad?
Por la Ciudad de México.
Menciona un momento del día que disfrutes particularmente.
Las horas tempranas de la mañana.
¿Cómo descubriste tu vocación?
Fue tarde en mi vida, cuando empecé a trabajar en mi primera película.
¿Te identificas con algún personaje de la ficción?
Con Johann Georg Grasel, que no será ficticio hasta mi próximo filme.