23/11/2024
Arquitectura
Nuevo compendio sobre arquitectura brutalista
SOS Brutalism: A Global Survey (2018), la nueva publicación editada por la casa editorial europea Park Books, presenta una recopilación global de obras de arquitectura brutalista desde la década de los cincuenta hasta finales de los setenta. El libro pretende mostrar la riqueza y la diversidad de un estilo que marcó la producción arquitectónica del periodo de la posguerra y que, hoy en día, se encuentra olvidado o en los márgenes de la conversación urbana.
La publicación surge a partir de una colaboración entre Park Books, la iniciativa #SOSBRUTALISM y el Museo de Arquitectura Alemana (DAM) en Fráncfort, en donde se muestra actualmente la exposición SOS BRUTALISM – Save the Concrete Monsters! Tanto la publicación como la exposición representan el primer sondeo global de arquitectura brutalista y en conjunto tienen la misión de crear un registro de su estética, así como proteger estas construcciones puesto que muchas de ellas se encuentran en estados precarios o han sido abandonadas.
“En directa oposición al modernismo del estilo internacional, el brutalismo se transformó localmente como un movimiento horizontal, en cercana relación con la cultura local y sus capacidades artesanales”, comentó Oliver Elser, editor de SOS Brutalism y curador del DAM en Fráncfort acerca de la vigencia del movimiento basado en la pureza volumétrica y material.
A pesar de haber sido publicado apenas el año pasado, dos de los proyectos incluidos en la publicación ya han sido demolidos, producto de negligencias gubernamentales, cambios en los usos de los inmuebles y altos costos de mantenimiento. Con una mayor concentración de construcciones europeas, la publicación voltea la mirada a otros sitios del planeta, mostrando construcciones en Japón, Israel, Rusia e India, entre otros países.
En México el brutalismo tuvo auge entre 1960 y 1980, impulsado por el momento desarrollista en el que se encontraba el país. Algunos de sus exponentes principales son la dupla compuesta por los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, así como la obra del arquitecto Agustín Hernández, quienes realizaron grandes obras públicas (y algunas privadas) que se mantienen vivas en el imaginario capitalino hasta el día de hoy.