21/11/2024
Literatura
Siete poemas
Roberto Bernal comparte sus versiones de Giorgio Caproni (1912-1990), una de las figuras centrales de la poesía italiana del siglo XX
Aunque poco atendido en nuestra lengua, Giorgio Caproni (Livorno, 1912 – Roma, 1990) es una de las figuras centrales de la poesía italiana del siglo XX. Autor, entre otros, de los libros Il muro della terra (1975) e Il franco cacciatore (1982), a los diez años se trasladó con sus padres a Génova, donde estudió música y aprendió a tocar el violín. El interés por la música no lo abandonó nunca, hasta el punto de convertirse en una característica fundamental de su producción poética, de la que llegó a decir que era “como una canción endurecida”. Tradujo del francés a Louis-Ferdinand Céline, Charles Baudelaire y Paul Verlaine, al tiempo que mantuvo una relación cercana con los poetas Mario Luzi, Eugenio Montale, Pier Paolo Pasolini y, sobre todo, Camillo Sbarbaro, de quien heredó la correspondencia. Después de su muerte, el filósofo Giorgio Agamben organizó su poesía inédita, que fue reunida en el libro Res amissa.
A Rina
Sin ti un árbol
ya no sería más un árbol.
Nada sin ti
sería lo que es.
Recuerdo
Recuerdo una iglesia antigua,
perdida,
a la hora que el viento palidece
y las voces astillan
bajo el arco del cielo.
Estabas cansada,
y nos sentamos en un escalón
como dos mendigos.
En cambio, la sangre fluía
de maravilla, al ver
cada ave en el cielo
convertirse en estrella.
Concesión
Aventé muy lejos
toda obra en verso o en prosa.
Nadie nunca logró decir
lo que es, en su esencia, una rosa.
Logro
Caminé. Caminé.
Buscaba dónde poder detenerme.
Ahora estoy sobre el límite.
Donde termina la hierba
y comienza el mar.
Experiencia
Todos los lugares que he visto,
que he visitado,
ahora sé –estoy seguro–
no están, nunca han estado.
Revelación
Me decidí.
Miré atrás.
Observé,
uno por uno, en los ojos
de mis asesinos.
Tenían
–todos ellos– mi rostro.
Marzo
Después de la lluvia, la tierra
es un fruto recién cortado.
El aliento agrio de la hierba
humedece, pero la claridad del sol
sobre los prados de marzo sonríe
para una muchacha que abre la ventana.