23/11/2024
Pensamiento
24 años de tempestad
Durante los últimos años, a partir de nuestro aniversario 20, decidimos que celebraríamos cada vuelta al sol agradeciendo a quienes permiten, de una u otra manera, que La Tempestad siga existiendo. 2021 fue la excepción: durante la pandemia perdimos gente amada y nos enfrentamos a los mayores retos que ha vivido esta revista; el ánimo no era precisamente festivo. Doce meses después seguimos aquí, cicatrizando pero también entusiasmados con la cercanía del cuarto de siglo.
Así, queremos agradecer a quienes nos han acompañado durante el último par de años:
A los lectores, que hoy son más que nunca. Convertirnos en un medio puramente digital nos obligó a replantearnos nuestro oficio como editores, y los lectores han respondido de formas sorprendentes.
A los colaboradores, que comparten su inteligencia, sensibilidad y talento de forma generosa y comprometida. Su camaradería ha mantenido a flote el barco.
A los anunciantes, que en los momentos más álgidos siguieron creyendo en la necesidad de una revista de artes independiente: Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Centro Cultural Tijuana (CECUT), Museo Jumex, Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), MUBI, Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Museo Universitario del Chopo, Museo Kaluz, Mazda, TV UNAM, Instituto Francés de América Latina (IFAL), Instituto Nacional Electoral (INE), Lumen.
A quienes nos han ayudado de distintas formas a mantenernos aquí: Claudia Flores Yee, Nicolás Cuéllar Camarena (Dharma Books), José Luis Escalera (Profética, Casa de la Lectura), Rodrigo Díez y David Miklos.
De forma personal, Laura Pardo y Nicolás Cabral quieren agradecer a las familias Pardo Adame y Cabral Malanca, siempre solidarias, así como a Emiliano Jiménez Pardo y Pampa.
En nuestra memoria, siempre, René Heredia (1922-2020) y Eduardo Cabral (1941-2021).