23/11/2024
Artes visuales
El Eco cobija su ‘Destino’
Desde que, en 2005, el Museo Experimental El Eco reabrió sus puertas, quien lo visita sabe que se trata de un espacio único en la Ciudad de México. Concebido por Mathias Goeritz y construido en 1953 con la idea de ser una escultura penetrable que cobijara nuevas expresiones artísticas, muy pronto abandonó su vocación. Con la muerte de su propietario, Daniel Mont, el edificio de la colonia San Rafael fue sucesivamente habilitado como restaurante, discoteca, teatro, espacio para reuniones políticas y gimnasio de boxeo. Gracias a que fue adquirido por la UNAM, que lo devolvió a su estado original, durante los últimos 17 años ha cumplido su destino.
Y Destino se titula el proyecto que El Eco albergará a partir del 10 de septiembre. Se trata de un ensayo museográfico del artista Mario García Torres (Monclova, 1975), coproducido por el museo universitario y la Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC). Con estrategias procedentes lo mismo del teatro que de la televisión, en este ejercicio coexistirán esculturas de la colección, un monólogo, una coreografía y una pieza sonora. Reflexión sobre los espacios liminales, el fracaso y la decepción, Destino hace memoria de los momentos en que el edificio de Goeritz dejó de ser un laboratorio artístico.
A partir de su inauguración, y hasta el 6 de noviembre, las esculturas serán activadas y desactivadas a través de juegos de luces y sonidos organizados coreográficamente. En momentos puntuales la exposición se convertirá en el escenario de un monólogo: los jueves 22 y 29 de septiembre, 6, 20 y 27 de octubre. Debido al aforo limitado, para asistir será necesario registrarse en la página del museo a partir del 10 de septiembre.
La obra de Mario García Torres revela a un artista que investiga sus temas emulando a un reportero o un historiador del arte, con el fin de cuestionar ciertas ideas naturalizadas. En Destino, además, opera como curador, involucrando a la artista escénica Marisol Cal y Mayor (Altagracia), al escritor y standupero Eduardo Donjuán, a los actores Carmen Ruiz y Alejandro Suárez, a los escultores Isa Genzken, Fausto Melotti, Tunga, Franz West y Heimo Zobernig, al fotógrafo Héctor García y a la periodista deportiva Marion Reimers.
García Torres parece decirnos que la errática historia de El Eco no fue sino una forma singular de llegar a su destino.