23/11/2024
Cine/TV
Ascenso y caída: John Galliano
Una noche de enero, bajo el Puente Alejandro III, junto al río Sena, John Galliano resucitó. El desfile de Maison Margiela Artisanal 2024 fue el catalizador. Ahí, en una suerte de tugurio en penumbras, mientras caminaban entaconados decenas de modelos de todas las tallas, pasaron lista el drama, la teatralidad, la técnica precisa y el toque chic de negrura posmoderna que pertenecen sólo a Galliano. Después de 10 años a la cabeza de la casa Margiela, el célebre diseñador por fin estaba de vuelta.
Con el genio fuera de la botella, tomó un segundo aire el recuerdo de aquellos incidentes antisemitas que en 2011 le costaron el puesto en Dior. Un poco antes de que la cancelación estuviera a un clic de distancia, John Galliano (Gibraltar, 1960) desapareció de la moda por decisión propia durante tres años. ¿Qué sucedió? ¿Por qué volvió?
Ascenso y caída: John Galliano (2023), que llegó a MUBI esta semana, es un acercamiento cuidadoso a la vida del diseñador, que toma como punto de partida los escandalosos comportamientos que lo desnudaron públicamente como racista. El título no miente: hay una clara intención de remarcar el descalabro, la buena noticia es que el tono enardecido de cualquier juicio sumario se convierte aquí en esmero para transitar por los hechos sin disfrutar la sangre, pero además sin exculpar ni victimizar.
A través de una larga entrevista con Galliano, el documental del cineasta escocés Kevin Macdonald (El último rey de Escocia, Un día de septiembre) pone foco en su difícil infancia como hijo de inmigrantes españoles en Inglaterra, su rápida aceptación en el mundo de la alta costura y las consecuencias de su éxito acelerado y esclavizante.
El documental también se vale de entrevistas a familiares, amigos cercanos y ex colaboradores, sin ignorar a las víctimas de sus ataques. La lista de notables que accedieron a contar su versión va de Charlize Theron a Kate Moss y Naomi Campbell, pasando por dueños y directivos de las firmas Givenchy y Dior, donde Galliano trabajó 16 años. La narración que el protagonista hace de su vida es acompañada por fotos personales y algunas imágenes de archivo, que son interrumpidas por secuencias emblemáticas de la legendaria Napoleón (1927), de Abel Gance, una de las cintas favoritas del diseñador y detonante de su universo creativo. La analogía que el director plantea puede leerse como un sugerente cruce entre el genio, la fama y la locura en tiempos de narcisismo extremo. Sin discursos incendiarios: que las imágenes hablen.