23/11/2024
Literatura
Para leer a Ismaíl Kadaré
El escritor albanés Ismaíl Kadaré murió el 1 de julio, a los 88 años de edad. Era, en palabras de su traductor al castellano, Ramón Sánchez Lizarralde, “uno de los privilegiados testigos literarios de la segunda mitad del siglo XX, creador de un extenso y rico mundo de ficción”. “El hecho de proceder de un país y una lengua la mayor parte de las veces olvidados, cuando no menospreciados y maltratados por su tamaño o sus avatares históricos, no ha sido obstáculo para que esa obra haya conectado con la sensibilidad y las inquietudes de gentes de los más diversos países, idiomas y condiciones”, añade el responsable de traer al español buena parte de su abundante bibliografía, de la que elegimos cinco títulos indispensables.
El general del ejército muerto
Alianza, Madrid
Aparecida en 1963, la primera novela publicada por Kadaré significó, con su traducción al francés, en 1970, la irrupción del escritor en el panorama internacional. En ella se presentan, ya de forma madura, los rasgos que caracterizarían la obra posterior del autor. Un general y un capellán militar emprenden, dos décadas después de la derrota italiana en Albania, durante la Segunda Guerra, la tarea de localizar y repatriar los restos de los soldados caídos. Este dispositivo narrativo no sólo hace de El general del ejército muerto un singular relato de viaje –clima inclemente, aldeanos desconfiados–, sino que ofrece una mirada de la idiosincrasia albanesa con ojos extranjeros.
Crónica de piedra
Alianza, Madrid
La novela con la que Ismaíl Kadaré redefinió sus estrategias narrativas. Al mismo tiempo, uno de los pocos libros autobiográficos en la obra de su autor. Corregido en cada reedición, el relato ofrece una mirada de la Segunda Guerra desde la perspectiva de una ciudad albanesa “como un ser prehistórico”: la ocupación italiana, la fuerza aérea británica, los ataques griegos, los guerrilleros, los comunistas, la aparición Enver Hoxha (el futuro dictador estalinista, nacido, como Kadaré, en Gjirokastra), la ocupación alemana… Memoria de infancia, los muros de piedra parecen sufrir como los habitantes. El libro de 1970 refleja la riqueza sensorial de la prosa kadariana.
El Palacio de los Sueños
Cátedra, Madrid
La novela que ganó a su autor el mote, no siempre exacto, de “kafkiano”. Publicado en 1981, entre las ediciones en español recomendamos la que publicó Cátedra en 1999, con un muy útil estudio introductorio de Sánchez Lizarralde: “es la alegoría de la demencia totalitaria, la realización del sueño de todo régimen dictatorial: el control de las conciencias mismas de sus funcionarios y de sus súbditos, en este caso mediante sus sueños”. Ambientada en la capital de un imperio (aparentemente el otomano, aunque la ciudad recuerda a Tirana), El Palacio de los Sueños se nutre, como otros trabajos de Kadaré, de los mitos clásicos, y constituye una reveladora antiutopía.
El concierto
Anaya & Mario Muchnik, Madrid
Si El gran invierno (1973) narró la ruptura entre la Albania comunista y la Unión Soviética (Kadaré estudiaba en Moscú a inicios de los sesenta), El concierto (1988) se ocupa del distanciamiento con la República Popular China. Las novelas forman un díptico en el que se construye un gran mural histórico, y se alzan entre los momentos más altos de la obra del escritor. La que aquí nos ocupa es, como su nombre indica, un concierto de voces que intercala relatos y ensambla perspectivas, de modo que la historia se construye a partir de las experiencias subjetivas de los personajes, que dejan en el camino irónicos retratos de Mao, entre otras figuras calado.
La provocación
Alianza, Madrid
Reunión de relatos escritos en distintos momentos de su trayectoria –algunos inéditos, otros reescrituras de pasajes de novelas previas–, La provocación (2013) concentra las preocupaciones narrativas de Ismaíl Kadaré. La traducción de María Roces González junto a Sánchez Lizarralde permite observar algunos cambios estilísticos en la trayectoria del escritor albano, que en las distancias cortas no era tan distinto al de las novelas extensas, si bien tendía a intensificar la tendencia alegórica. Este libro podría entenderse como una puerta de entrada al universo kadariano, pero es un trabajo que sobresale en su bibliografía por derecho propio.