31/10/2024
Artes visuales
Una maleta de Wolfgang Paalen
En el centenario del surrealismo, Daniel Garza Usabiaga se detiene en el acervo mexicano de una de sus figuras más singulares
El artista surrealista Wolfgang Paalen residió en México durante la mayor parte de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Llegó en 1939 junto a la pintora y poeta francesa Alice Rahon, con quien estaba casado, y la fotógrafa suiza Eva Sulzer. Aunque su producción puede resultar menos familiar que la de las artistas europeas que se establecieron en la capital del país a partir de la Segunda Guerra, como Remedios Varo o Leonora Carrington, la presencia y el trabajo del austriaco fueron de primera importancia para el desarrollo de la pintura no figurativa durante la segunda mitad del siglo XX en México y Estados Unidos.
Desde el exilio Paalen editó y publicó la revista DYN (1942-44), en la que presentó una propuesta de surrealismo disidente que apostaba por especulaciones teóricas y científicas con relación al arte, además de propugnar un distanciamiento de los paradigmas eurocéntricos1. Entre los colaboradores de este proyecto editorial se encontraron, entre otros, César Moro, Anaïs Nin, Henry Miller, Miguel Covarrubias, Rosa Rolanda, Francisco Díaz de León, Roberto Matta, Robert Motherwell, Alfonso Caso, William Baziottes, Carlos Mérida, Manuel Álvarez Bravo, Jackson Pollock, Martin Chambi, Jacqueline Johnson, Gordon Onslow Ford o William Fett.
Desde el exilio Paalen editó y publicó la revista ‘DYN’ (1942-44), en la que presentó una propuesta de surrealismo disidente que apostaba por especulaciones teóricas y científicas con relación al arte, además de propugnar un distanciamiento de los paradigmas eurocéntricos.
Wolfgang Paalen residió en México de 1939 a 1946, inicialmente. Entre 1947 y 1952 pasó la mayor parte del tiempo en California, para regresar a Europa a inicios de los cincuenta. Hacia 1953 volvió a tierras mexicanas, donde vivió hasta 1959, año en que se quitó la vida en Taxco. Isabel Marín, su última esposa, congregó y salvaguardó un legado de documentos y obras, con el fin de garantizar el estudio y la divulgación de su trabajo2. Este acervo es único, rico y diverso en sus contenidos. No obstante, el fondo documental cuenta con pocos escritos del primer período de residencia en México, que corresponden a la extensa producción intelectual vinculada a la elaboración del proyecto editorial de alcance internacional que fue DYN. Los estudios críticos que existen sobre la revista se basan en sus seis números publicados y no en manuscritos o notas originales –que no formaron parte del acervo conservado por Marín; hasta hace poco se desconocía su existencia.
Algo similar sucede con la documentación o la catalogación del trabajo realizado durante los primeros años de la década cuarenta. Mucha de la obra que Paalen ejecutó a partir de 1953 en México es conocida, aunque no ha sido estudiada cabalmente, pero no se puede decir lo mismo del período comprendido entre 1940 y 1945. Por ejemplo, el número de piezas que aparecen en el catálogo razonado de la producción del surrealista, publicado a finales de los noventa, es reducido durante los primeros años de esa década. Esto no coincide con la incansable labor intelectual y la vehemente inventiva del artista austriaco durante esos años, en los que escribía, ilustraba, editaba y se encargaba de publicar DYN.
Hace algunos años, producto del azar objetivo, se me presentó un acervo de obras y documentos que fueron propiedad de Wolfgang Paalen, y que durante décadas fue salvaguardado por un propietario particular. Dentro de una maleta había más de una decena de libretas de distintos tamaños, fotografías, sobres con miscelánea y varios libros publicados, entre otros objetos. El acervo incluía además obras realizadas por Paalen y Rahon, así como un par de piezas de arte indígena de Norteamérica.
Dentro de una maleta había más de una decena de libretas de distintos tamaños, fotografías, sobres con miscelánea y varios libros publicados, entre otros objetos. El acervo incluía además obras de arte autoría de Paalen y Rahon, así como un par de piezas de arte indígena de Norteamérica.
La mayor parte de las libretas está escrita con la caligrafía de Paalen, algunas de ellas de la primera a la última página; otras incluso cuentan con anotaciones sobre la portada. Los contenidos de estos cuadernos corresponden, en su mayoría, al primer período de residencia del surrealista en México, e incluyen, entre otras cuestiones, los manuscritos de sus ensayos clásicos publicados en la revista DYN. Hay también libretas con textos que, hasta donde tengo conocimiento, han permanecido inéditos. Un ejemplo es la que parece ser una obra de teatro titulada Edipo vio. Como parte de los contenidos de la maleta de documentos, existe un par de cuadernos ilustrados por Paalen. Uno de estos corresponde, también, a su primer período de producción artística en México y presenta una serie de dibujos a lápiz con su solución de ondas y partículas que reflejaba su interés en la física cuántica. Este estilo de principios de los cuarenta es apreciable en Figure pandinamique, una pintura de 1940, parte de la colección que conservó Isabel Marín.
Existen algunos documentos en este acervo que son anteriores al exilio de Wolfgang Paalen en México y que fueron elaborados cuando aún residía en Europa. Por ejemplo una libreta con ilustraciones y notas, algunas firmadas en 1938. Ese año también fue de una cuantiosa producción en su carrera: participó en el montaje de la Exposición Internacional de Surrealismo en la galería Beaux-Arts de París y elaboró varios objetos surrealistas, así como pinturas asistidas de la técnica automática conocida como fumage. En la libreta mencionada aparecen estudios y apuntes de varias de estas pinturas, como el que realizó para la emblemática Orfeo (1937), otra pintura que conservó durante su vida y que legó a Marín. No es posible determinar si esta ilustración es su estudio preliminar o una suerte de registro a posteriori.
Diversos dibujos en el cuaderno hacen alusión a otras de sus pinturas con fumage de la segunda mitad de los treinta o se pueden relacionar con ejemplos de su producción de ese momento, como una ilustración que también ejecutó en 1938 para una edición a cargo de André Breton de Los cantos de Maldoror (1869) de Isidore Ducasse, el Conde de Lautréamont. Del mismo modo hay algunos estudios que no remiten a ninguna obra terminada o conocida, como es el caso de un dibujo coloreado que presenta una frase certeramente surrealista: Ni matria, ni patria. Paalen escribió varias notas en este cuadernillo, textos con un carácter apocalíptico que refuerza el sentido premonitorio que el autor adjudicó a este conjunto de pinturas con relación a la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial.
Diversos dibujos en la libreta hacen alusión a otras de sus pinturas con ‘fumage’ de la segunda mitad de los treinta o se pueden relacionar con ejemplos de su producción de ese momento, como una ilustración que también ejecutó en 1938 para una edición a cargo de André Breton de ‘Los cantos de Maldoror’.
Los sobres y carpetas con miscelánea congregan documentos de muy diversa índole: papelería membretada de la revista DYN, prensa e invitaciones de las exposiciones de Paalen en la Galería de Arte Mexicano, correspondencia y distintos recortes que comprenden desde una ilustración de un par de gatitos hasta la clásica caricatura de Ad Reinhardt titulada How to Look to Modern Art in America (1946). Un conjunto de fotografías resguardadas en los sobres documentan obras de Paalen y Rahon, así como piezas de arte prehispánico e indígena de Norteamérica. Sobresalen, entre los materiales de diversa índole, varios pliegos de amate de los utilizados por el artista en algunas de sus obras y una serie de pinturas con este papel adherido a un soporte de madera, a la manera de estelas3. Un ejemplo es La tía del Tarot (sin fecha), parte del acervo del Museo de Arte Moderno; otra pieza sin título, con esta misma solución, también es parte de este acervo de documentos y obras de arte desconocidas.
Entre los libros publicados que integran el conjunto de objetos destaca la primera edición de The Winter of Artifice (1939), de Anaïs Nin, con una dedicatoria de la autora para Paalen y Rahon. Nin y Rahon desarrollaron una relación cercana durante esos años y pasaban temporadas juntas en Acapulco, en la casa que la autora de Delta de Venus tenía en el puerto. Como se aprecia, estos documentos pueden iluminar nuevos aspectos y perspectivas sobre la producción y la vida de Wolfgang Paalen: referencias e intereses, materiales de trabajo, lazos afectivos.
Entre las obras artísticas reunidas junto a esta colección de documentos que no son de la autoría de Paalen se encuentra un par de pinturas Alice Rahon que representan gatos –tema emblemático de su producción–, así como una copia de la carpeta de litografías de Carlos Mérida Estampas del Popol Vuh (1943), con dedicatoria del artista guatemalteco a la pareja de surrealistas. Esta serie era sin duda significativa para el editor de DYN, que incluyó una de sus estampas como ilustración en el número 6 de la revista.
Destaca, entre las obras de arte indígena incluidas en la maleta, una pieza de madera que muy probablemente es fragmento de una máscara de mayores proporciones de los inuits de Alaska. Este fragmento de máscara yup’ik cuenta con una forma que, sin duda, resuena en la producción de Paalen que evoca parábolas. Su solución paraboloide puede recordar a algunos de los personajes representados por el artista en obras como Les Cosmogones (1944) o Selam Trilogy (1947). Del mismo modo, Ingmars Lindbergs ha señalado la afinidad de esta pieza de madera con la escultura Proyecto para un monumento (1948).
A más de ochenta años del primer número de DYN y a 65 de la muerte de Wolfgang Paalen, resulta realmente estimulante que el encuentro y el estudio de estos documentos y obras puedan ofrecer nuevas perspectivas sobre el artista y su producción. Este tipo de encuentros singulares con materiales inéditos se encuentra determinado, en gran medida, por su condición de exiliado en México y Estados Unidos. Los tránsitos trasnacionales en la vida de Paalen, hasta cierto punto inestables y precarios, han originado que reaparezcan obras y documentos desconocidos fuera de México.
Un ejemplo es el lote de obras de su autoría (y también de Rahon) que se conoció hace poco, propiedad de su amiga y colaboradora Florence Arquin, artista, antropóloga y arqueóloga estadounidense. Estos casos, entre otros, demuestran que el estudio del legado artístico e intelectual de algunos personajes históricos se encuentra incompleto (aunque se pueda suponer lo contrario), tiende a ser inestable y es propenso a transformarse, a veces radicalmente –con los efectos que esto pueda tener en las investigaciones existentes. En el caso específico de Paalen subrayan el carácter inagotable de su producción.
- Existe una edición facsimilar de DYN a cargo de Christian Kloyber: Wolfgang Paalen’s DYN: The Complete Reprint (Springer-Verlag, Viena, 2000). Con relación a DYN, véase Farewell to Surrealism: Wolfgang Paalen and the DYN Circle in Mexico, editado por Annette Leddy y Donna Conwell (The Getty Research Institute, Los Ángeles, 2012), así como mi libro El gran malentendido. Wolfgang Paalen en México y el surrealismo disidente de la revista DYN (INBA-MACG, México, 2018). [↩]
- Actualmente el Fondo Wolfgang Paalen se encuentra en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México. [↩]
- Sobre este tema, ver mi nota “La evocación del papel amate. Una historia paralela de la relación entre el arte popular y el arte moderno”, La Jornada de Zacatecas, 20 de agosto de 2018. [↩]