21/11/2024
Artes visuales
ADIÓS, FELIPE EHRENBERG
Después de una vida agitada, colorida, e imprevisible, el artista de rostro duro Felipe Ehrenberg falleció a los 73 años de un infarto, en Cuernavaca, Morelos, después de una lucha contra el cáncer.
Felipe Ehrenberg promovió la empresa de una inteligencia artística retadora, de conclusiones inesperadas y vestigios del dadaísmo, siempre experimental. Su reflexión incoherente y provocadora de la realidad lo advirtió contra la tradición, incurrió en métodos no ortodoxos como el mail art, media art, y fue pionero de las búsquedas estéticas del performance y la instalación en México. El arte de Ehrenberg es excéntrico. Ayer, en su cuenta de Facebook, el curador mexicano Cuauhtémoc Medina publicó: «Ha partido Felipe Ehrenberg (1943-2017): el neólogo, el agitador multiforme, el auto-productor. Su obra sólo puede pensarse como una multiplicidad de asaltos e interrogantes». No son pocos los artistas locales e internacionales que se unen al luto por su fallecimiento.
Eherenberg abandonó el país tras los hechos del 68, y en Inglaterra inició su labor editorial con un esbozo colaborativo y experimental. Reconstruido en los aires del proyecto Fluxus y los vestigios del Dada, utilizó los panfletos, carteles, catálogos como móvil de sus discursos conceptuales. Como ejemplo, su editorial Beau Geste Press, donde fabricó los primeros libros-objeto. Como un flâneur recorrió una época de interrogación y de arte especulativo. Por su disperso paso fuera de Mèxico fue galardonado con el Perpetua Prize.
A su regreso por México en 1973-74, fundó junto a Víctor Muñoz, Carlos Finck y José Antonio Hernández Amezcua el Grupo Proceso Pentágono, importante eslabón del momento artístico mexicano que muchos reconocen como La Generación de los Grupos. Envuelto en su infatigable activismo, participó en la reconstrucción de Tepito, después del terremoto de 1985. Ehrenberg, hombre sumido en infinitas aldeas, fue premiado con prestigiosas becas como la la Fulbright o Guggenheim. La Tate Modern Gallery conserva su obra.
En 2001 fue diplomático en Brasil, en amparo del gobierno panista. Sin embargo fue despojado del cargo, el motivo: mostrarse desnudo en una película.
El escritor uruguayo Rafa Juárez Sarasqueta lo recuerda en su casa de Tepito, diciendo: «¡No debes hacer arte, debes cometerlo!».
Lo recordamos con admiración.