16 de agosto de 2017

La Tempestad

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21/11/2024

Redaccion

El samurái, el vaquero, el robot

Guillermo Núñez Jáuregui | miércoles, 6 de mayo de 2015

Anuncio parroquial: a partir de este fin de semana, en la Cineteca Nacional,  inicia el ciclo “Clásicos en la pantalla grande”, que incluye filmes como Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976), Una Eva y dos Adanes (Billy Wilder, 1958) o Narciso Negro (Michael Powell y Emeric Pressburger, 1947, en espectacular Technicolor). El ciclo está marcado por la atención que da a cintas clave para comprender ciertos géneros (el noir, el screwball…), e incluye un filme que ayuda a dimensionar el poder del western y su maleabilidad: Los siete samuráis (1954), de Akira Kurosawa (se proyectará el 16 y el 17 de mayo). La cinta no sólo evoca el cine de John Ford (a quien Kurosawa idolatraba) sino que estableció uno de los tópicos del género –un grupo disparejo de antihéroes se ve obligado, moralmente, a defender a un grupo de indefensos– que habría de volver no sólo en la popular adaptación (Los siete magníficos de John Sturges, de 1960) sino en múltiples parodias y visitas a otros géneros (en el cine de guerra fue un recurso usado continuamente, como se vio en El desafío de las águilas, de 1968), así como en productos menores (Los tres amigos, 1986; Bichos, una aventura en miniatura, 1988; Héroes fuera de órbita, 1999) o en cintas que hacen explícitas las referencias (como ocurre en gran parte del cine de Tarantino).

 

Apunte al margen: este año HBO estrenará una serie televisiva de Jonathan Nolan, que explorará las ideas de la homónima Westworld (1973), escrita por Michael Crichton, un extraño producto de entretenimiento donde se encuentran el western y la ciencia ficción, pero donde también se hacen patentes los límites imaginativos que desembocan, casi por inercia, en el reciclaje continuo de imágenes e ideas poderosas (el filme de 1973 ya resucitaba al personaje de Yul Brynner que apareció en Los siete magníficos, presentándolo como un androide sicótico; el concepto mismo –un parque temático, tecnológicamente avanzado, que se revela contra sus visitantes– habría de revisitarse en Parque Jurásico, también de Crichton). Está por verse cómo aterrizará Nolan esas ideas.

 

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