23/11/2024
Artes visuales
Claudia Comte en Casa Wabi
A media hora de Puerto Escondido, Oaxaca, un edificio de Tadao Ando resguarda uno de los espacios más inesperados del arte contemporáneo. En la costa del Pacífico, Casa Wabi ofrece residencias para artistas, un programa de cine, un taller de barro y una biblioteca móvil, pero también una galería de 450 metros cuadrados en la que se han presentado exposiciones de artistas como Daniel Buren, Jannis Kounellis, Ugo Rondinone o Izumi Kato. Adicionalmente cuenta con pabellones diseñados por figuras de la arquitectura internacional entre las que figuran Álvaro Siza, Alberto Kalach y Kengo Kuma.
Este año Casa Wabi alberga Desde donde ascendemos, la primera muestra individual en Latinoamérica de la artista suiza Claudia Comte. “Desde una aproximación ecologista, la obra de Comte busca la reducción y simplificación de las formas básicas que encontramos en la naturaleza. Inspirada en los paisajes y procesos artesanales locales, la muestra combina los materiales propios de la costa de Oaxaca con las formas y métodos minuciosos de su estudio en Suiza”, explica el curador Alberto Ríos de la Rosa. Un paisaje de tierra se forma en la galería a través de tres murales de gran formato, que se derraman en el suelo para ser habitados por esculturas biomórficas.
La tierra roja procede de San Pedro Mixtepec, y las piezas escultóricas, que remiten a corales, cactáceas y hojas, fueron producidas en el Pabellón de Barro de Siza, parte de la infraestructura de Casa Wabi. La obra de Claudia Comte (Morges, 1983), como evidencia la muestra, se define por su interés en la memoria de los materiales y la observación del modo en que la mano se relaciona con las tecnologías. La impronta ecológica de su trabajo puede apreciarse paralelamente en Lago Algo, en la Ciudad de México, donde dos de sus piezas forman parte de la colectiva Desert Flood.
Desde donde ascendemos podrá visitarse el resto del año. “La investigación estética de Comte busca entender el comportamiento de los materiales frente a las fuerzas de la naturaleza”, abunda Ríos de la Rosa. Una propuesta artística que, en el contexto de la costa oaxaqueña, certifica la capacidad del arte para hacernos mirar lo que nos rodea de formas renovadas.