16/11/2024
Artes escénicas
En las entrañas de ‘La gruta’
Clotilde Jiménez presenta en el Museo Jumex una ópera en dos actos; conversamos con el artista sobre esta visión “mesofuturista”
Clotilde Jiménez es un artista de raíces múltiples. Nació en Honolulú, Hawái, en 1990, de madre puertorriqueña y padre afroamericano. Creció en Filadelfia y realizó estudios de arte en Cleveland y Londres. Actualmente reside en la Ciudad de México, donde el Museo Jumex cobija su obra más reciente: La gruta. Una ópera en dos actos.
Reconocido por sus trabajos de cerámica, pintura, escultura y gráfica (fue comisionado para realizar dos carteles para los pasados Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París), uno de los núcleos del trabajo de Clotilde Jiménez es el collage, donde el ensamblaje de objetos cotidianos le permite articular referencias artísticas e históricas para reflexionar sobre el cuerpo, la raza, el género y la sexualidad. “Me considero un artista multidisciplinario. Mis ideas guían el medio y el proceso que puedo usar”, comenta a La Tempestad, lo que permite entender la combinación de danza, video, performance y música que el espectador encuentra en La gruta.
Pero ¿cómo surgió este proyecto de ópera experimental? “Históricamente una ópera es una obra teatral cantada, basada en tragedias. Como humanos lo que nos impulsa a cantar son emociones intensas como la alegría o la tristeza. Es decir, en una ópera las palabras no se pueden decir sino que se tienen que cantar, porque hay algo elemental y poderoso dentro de la tragedia que requiere algo más que palabras. La historia de La gruta es justo eso”.
El origen de la pieza es una experiencia de la esposa de Jiménez, hechos reales ocurridos en La Garra, Guerrero, transfigurados en un relato que los vincula al misticismo y lo sobrenatural. La sala 3 del Museo Jumex ha sido convertida en una gruta.
El origen de la pieza es una experiencia de la esposa de Jiménez, hechos reales ocurridos en La Garra, Guerrero, transfigurados en un relato que los vincula al misticismo y lo sobrenatural. La sala 3 del Museo Jumex ha sido convertida en una gruta donde se proyecta e interpreta en vivo el viaje de Leopoldo, un niño que, obligado a desplazarse entre dimensiones de la realidad al quedar solo en un río, refleja las experiencias de los desplazados y los marginados. Con el sincretismo de creencias nahuas y católicas, la ópera se inscribe en una lógica descolonial desde el concepto de mesofuturismo, acuñado por el artista.
El entrelazamiento hechos vividos y ficcionales, que culmina con la aparición de la diosa Chalchiuhtlicue, vinculada al agua entre los mexicas, “invita a la gente a cuestionarse qué es real, qué es ilusión y qué ideas preconcebidas tienen sobre ello. Así introduzco el concepto del mesofuturismo –que camina mano a mano con el afrofuturismo–, que nos da una lente para entender, visualizar y reclamar un futuro a través de una perspectiva propia, priorizando socialmente los valores y las creencias del pueblo y rechazando las nociones eurocéntricas y las maneras de ser sembradas en Latinoamérica por el colonialismo”, propone Clotilde Jiménez.
En La gruta Jiménez colaboró con la coreógrafa Carla Segovia y el compositor y diseñador sonoro Javier Antonio Bellato. Se presenta como instalación operística durante la mayor parte del tiempo de exhibición (hasta el 1 de diciembre), pero contará con cinco presentaciones en vivo (hasta ahora se han realizado los días 26 y 30 de octubre, así como el 10 de noviembre). Dos bailarines representan a chaneques, entidades del inframundo en la mitología nahua que suelen habitar bosques y selvas. La música electrónica incorpora la interpretación de la violonchelista Adriana Castro, que improvisa a partir de las imágenes proyectadas.
“Invita a la gente a cuestionarse qué es real, qué es ilusión y qué ideas preconcebidas tienen sobre ello. Así introduzco el concepto del mesofuturismo, que nos da una lente para entender, visualizar y reclamar un futuro a través de una perspectiva propia”.
¿Por qué una ópera en un museo, insertada en el campo de las artes visuales? Clotilde Jiménez lo plantea con claridad: “Al concebir esta obra mi intención fue crear algo para la gente. Históricamente los museos, especialmente los de arte, no siempre se han percibido como espacios de igualdad. Algunas personas pueden sentir que no son lugares a los que pertenecen o que los representan, ya que estas instituciones han construido, de manera institucional, bloqueos sociales en donde sólo ciertas partes de la población se sienten vistas y bienvenidas”.
Curada por Marielsa Castro Vizcarra y Carolina Estrada García, con pinturas y esculturas que sirven a la vez de prólogo y epílogo al espacio escénico, La gruta. Una ópera en dos actos podrá experimentarse en vivo en sus dos últimas funciones en el Museo Jumex de la Ciudad de México, los días 23 y 27 de noviembre a las 19:00 horas.