Aunque Coco (Lee Unkrich y Adrián Molina, 2017) no se estrenará comercialmente en los EEUU hasta el próximo 22 de noviembre, en México (de acuerdo a Hollywood Reporter) ya se ha convertido, históricamente, en la cinta que ha tenido más recaudación inicial en taquilla, alcanzando en sus primeras tres semanas de exhibición 827 millones de pesos. Dadas las cifras y la fama edulcorante y comercial del conglomerado Disney resulta tentador criticar la atención que espacios como la Cineteca Nacional le han dado a la cinta de Pixar: a la par del estreno de Coco (que sigue exhibiéndose en la sala tres, en versión doblada y no), la Cineteca presenta la exhibición México y Walt Disney / El arte de Coco, que continuará montada hasta enero.
Además la Cineteca proyecta el ciclo Los tesoros de Disney, donde se incluyen algunos de sus “clásicos animados” (como Fantasía de 1940) pero también la problemática Saludos amigos, de 1942. El ciclo, también, ofrece la oportunidad de ver, en pantalla grande, algunos de los cortos que, en su momento, fueron vistos atentamente por el inusitado encuentro de técnicas de vanguardia y el producto de masas (lo que llamaría la atención de cineastas como Eisenstein). Así, se exhiben -entre otros- diez cortos protagonizados por Mickey Mouse en los que podrá apreciarse la evolución del personaje, desde su primera aparición en 1928 (en Willie y el barco de vapor) hasta los tiempos inmediatos de posguerra (en Mickey atrasado, estrenado en 1947).
Al margen de la importancia del ratón Miguelito como símbolo norteamericano (sobre lo que ya ha corrido mucha tinta, como es el caso del libro Mickey Mouse: Emblem of the American Spirit (2014), de de Garry Apgar) vale la pena recordar el impacto que tuvo Disney en movimientos como la Bauhaus o el constructivismo, así como el interés que demostraron pensadores de la Escuela de Fráncfort y, famosamente, Walter Benjamin (algunas de sus escuetas notas sobre el tema fueron reunidas bajo el título “Mickey Mouse” y luego aprovechadas en su ensayo “Experiencia y pobreza”, de 1933). Además de volver a ver estos cortos, que se proyectarán en la Cineteca el sábado 18 de noviembre, una lectura paralela de Hollywood Flatlands: Animation, Critical Theory and the Avant-Garde (Verso, 2002) de Esther Leslie podría ser estimulante.