Pianista, compositor y artista sonoro. El trabajo de Gaspar Peralta se desarrolla a través de diversas prácticas: improvisación libre, composición, música electroacústica, música experimental e instalación sonora. Como instrumentista se especializa en la interpretación de obras polifónicas y música contemporánea. Recientemente publicó su primer disco, Entre el clamor a coro de las estrellas del alba, concebido como un plano secuencia, a través del sello fronterizo Static Discos. Aquí, una charla con Peralta, que se presenta hoy en Fábrica, en el marco de Mutek, y el domingo 25 de noviembre en Casa del Lago, a las 17:30 horas.
¿De qué forma ha influido tu formación académica como pianista, carrera que estudiaste en la Universidad Autónoma de Baja California, tu trabajo como compositor e intérprete?
La forma en la que abordo la música se la debo en gran medida a la maestra Ella Korobchenko. Si bien no me dedico por ahora a tocar la obra de Bach, Schubert, Beethoven o Brahms, el proceso de lectura e interpretación es llevado hacia otras formas de producción. Mi formación profesional es de pianista intérprete. La interpretación funge un papel fundamental en mi trabajo: interpretación de cine, de imágenes, de textos, de acontecimientos. Por otro lado la parte técnica, la articulación del sonido y las frases son adecuadas a un contexto de experimentación, cuyo objetivo es propiciar un espacio donde el escucha pueda observar los acontecimientos que se presentan, donde pueda también interpretar y la obra se emancipe de la figura del compositor.
«El disco fue pensado como un largo plano secuencia, una sola obra dividida en 8 movimientos, cada uno con un carácter distinto tanto en timbres como en intención»
‘Entre el clamor a coro de las estrellas del alba’, tu disco debut, ha sido descrito como un plano secuencia sonoro que mezcla la música clásica, el post-rock y la música ambiental. ¿Cuál es el origen de la obra?, ¿que detonó esta exploración polivalente?
Siempre me han interesado las múltiples formas en que percibimos lo invisible, la fe, a Dios, la oración, es por eso que la música no me pertenece y al mismo tiempo representa lo más intrínseco de mi ser. El filme El arca rusa (2002), de Aleksandr Sokúrov, fue fundamental en la estructuración del álbum. Éste fue pensado como un largo plano secuencia, una sola obra dividida en 8 movimientos, cada uno con un carácter distinto tanto en timbres como en intención. Estos movimientos forman al mismo tiempo un conjunto, una narrativa muy específica. Al final de este trabajo se nos presenta una revelación. Es necesario escuchar la obra de principio a fin, en solitario. El libro de Job, las imágenes y la conversación de Dios con el profeta (versículo 38) influenciaron el diseño tímbrico y evidentemente el título del álbum. Estos son algunos de los pilares que sostienen la obra, las ideas extra-musicales que detonaron y terminaron por esculpirla.
El álbum, por otro lado, ha sido vinculado a la obra del poeta Boris Pasternak. ¿Cuál es la relación entre tu propuesta y la poesía del autor ruso?
Hay un fragmento de “Cuando aclara”, un poema de Pasternak, que fue surgiendo durante el proceso de composición. Se asemeja precisamente a mi experiencia durante la creación de este trabajo, a la espera de que la música se manifieste. También es sobre aprender a guardar silencio, a ceder y escuchar.
Ese fragmento representa mi proceso creativo:
Es como si la tierra entera fuera
Un interior de catedral, y como
Si me llegara, a veces, desde alguna ventana,
El resonar lejano de los coros.
Leí que te interesa mucho el sentir religioso de la música. ¿Cómo traduces esta noción espiritual a la música de ‘Entre el clamor…?, ¿de qué te vales para transmitir esa sensación?
Existen todos estos conceptos, arbotantes y pilares que sostienen el trabajo. La noción espiritual se mantiene codificada y al mismo tiempo abierta a la interpretación. Esta obra me fue dada y es por eso que repito el mismo proceso al compartir lo que escuché durante más de un año, tiempo que tardé en componer el álbum.
Además de que te vas a presentar en el marco de Mutek, vas a estrenar unas piezas en la Casa del Lago. Cuéntame en qué consiste esta nuevas obras.
Las piezas que se estrenan en Casa del Lago se diferencian en gran medida del trabajo que presento en Mutek. Incluso pueden ser considerados como trabajos de naturaleza opuesta. Las piezas son para piano y cello. No hay elementos electrónicos. El cello, por un lado, es el protagonista; el piano, por el otro, es el fondo, el paisaje. Normalmente trabajo con clusters diátonicos y duraciones extendidas. En esta ocasión hay breves momentos de modulación (armónica), temas que se pasean entre los dos instrumentos, hay especial atención en las texturas y el juego tímbrico entre los dos instrumentos, en las articulaciones y las frases melódicas. A pesar de que las piezas tienen varias secciones, se deben tocar en una sola respiración, una sola frase melódica con diversos significados.
