Las precisiones de siempre: esta no es una lista de los mejores temas de jazz del siglo XXI, porque pretender realizar tal corte es absurdo. Quedarían fuera no sólo artistas con los mismos méritos para aparecer, sino músicos que simplemente desconocemos. El universo del jazz es inabarcable también porque sus límites –qué entra y qué no en la categoría– son nebulosos. Por fortuna. El siguiente listado, entonces, está animado solamente por la idea de mostrar las variaciones de un género centenario que, cada tanto, entrega algunas de las obras más emocionantes de la música contemporánea. Por mostrar su complejidad, su vitalidad y su condición de barómetro de la época.
Medeski, Martin & Wood
“We Are Rolling”
Del álbum The Dropper (2000)
El jazz entra al siglo con desenfado. Con The Dropper el rompecabezas de jazz, funk y rock de Medeski, Martin & Wood terminaba de estrecharse después de una década de carrera. “We Are Rolling” era su bandera.
Mats Gustafsson & Paal Nilssen-Love
“I Love It”
Del álbum I Love It When You Snore (2002)
Con un mínimo de recursos, saxofón y batería, Gustafsson y Nilssen-Love se internan en un terreno a punto del agotamiento: el del free jazz. La estructura desnuda de “I Love It” da nuevos bríos al subgénero.
Tyshawn Sorey
“Seven Pieces for Trombone Quartet”
Del álbum That / Not (2007)
La música contemporánea es un terreno fértil para el jazz. Tyshawn Sorey, baterista, eleva la apuesta con “Seven Pieces for Trombone Quartet”: música geométrica, casi serialista, desde una instrumentación jazzística.
Martin Küchen
“Killing the Houses, Killing the Trees”
Del álbum The Lie & The Orphanage (2010)
El primer tema de The Lie & The Orphanage parece imitar a un orangután. El último, “Killing the Houses, Killing the Trees”, a la cadencia de un motor. Semejante arco sonoro es trazado por el sueco Martin Küchen.
Mary Halvorson
“Moon Traps in Seven Rings”
Del álbum Saturn Sings (2010)
Las enseñanzas de Anthony Braxton se infiltran en la obra de Mary Halvorson. Temas como “Moon Traps in Seven Rings”, no obstante, ganan en libertad interpretativa: la distorsión se convierte en un aliado.
Peter Evans Quintet
“323”
Del álbum Ghosts (2011)
La agrupación de Peter Evans (trompeta, piano, contrabajo, batería) es desestabilizada por su quinto elemento: la electrónica de Sam Pluta. Más que proponer una fusión, “323” enrarece los presupuestos del jazz.
Matana Roberts
“I Am”
Del álbum Coin Coin Chapter One: Gens de Couleur Libres (2011)
El jazz contemporáneo podría resumirse en un grito: el gesto desgarrador de Matana Roberts en “I Am”. Un eco de Abbey Lincoln y Max Roach en We Insist! (1960). Un bop redivido entre bases derruidas.
Jeremiah Cymerman
“Collapsed Eustachian”
Del álbum Fire Sign (2011)
El norteamericano Jeremiah Cymerman piensa el jazz desde sus bordes. “Collapsed Eustachian” es un barrido que funde el sonido del clarinete con el ruido sintetizado: las estrategias del género funcionan como señuelo.
Ken Vandermark Resonance Ensemble
“Type A (For Michael Orlove)”
Del álbum Head Above Water, Feet Out of the Fire (2013)
Un gran ensamble para el jazz del siglo XXI: una trompeta, dos baterías, tres saxofones, dos clarinetes, un trombón, una tuba y dos bajos. Vandermark acude lo mismo a un swing tradicional que a una improvisación abierta.
Wadada Leo Smith & Vijay Iyer
“Passages”
Del álbum A Cosmic Rythm With Each Stroke (2016)
Ideado frente a los dibujos de Nasreen Mohamedi para una pieza comisionada por el Met, A Cosmic Rythm With Each Stroke es la obra de dos músicos en estado de gracia, tal vez el álbum más importante de 2016.