23/11/2024
Artes visuales
La libertad artística en Rusia
«Hay una línea muy delgada entre lo que yo llamaría un comportamiento ultrajante y libertad creativa […] es una cosa muy sutil, una línea muy sutil […]», declaró el presidente de Rusia, Vladimir Putin durante un debate sostenido con el director y actor de teatro, Yevgeni Mironov. El encuentro fue promovido por Mironov debido al incremento de la censura al arte por parte del gobierno.
Durante el debate, que se realizó el 2 de diciembre en San Petersburgo y que fue televisado, Putin declaró que «aunque la libertad artística es inamovible, todas las libertades tienen un reverso, que es la responsabilidad, y para el artista la medida de esa responsabilidad es especialmente alta», pues «la cultura debe respetar la sensibilidad de algunos sectores de la población» y recordó lo ocurrido con el semanario francés Charlie Hebdo. Surante el debate se abordó el caso del cineasta ucraniano Oleh Sentsov condenado a 20 años de prisión, en 2014, en Siberia, Putin señaló que la sentencia fue legal y correcta. El cineasta fue arrestado y declarado culpable de cargos de terrorismo por hablar en contra de la anexión de Crimea. Putin enfatizó, como han reportado diferentes medios, entre ellos el New York Times, que el cineasta fue condenado por dedicar su vida a actividades terroristas y no por sus películas.
La línea, para el gobierno ruso, es en verdad delgada y poco objetiva. El diario La Nación reportó que en 2002 se instauró una ley que busca combatir el terrorismo, pero que al mismo tiempo atacaba cualquier discurso, publicación escrita, agrupación o ideas que el gobierno considerara «extremista»; un artículo del Código de Criminalidad de Rusia penaliza cualquier acción que pueda ser considerada (por las autoridades) como una incitación al odio o a la hostilidad; mientras que en 2010 se aprobó una ley cuyo objetivo es proteger a la niñez rusa de cualquier información que pueda ser dañina (según las autoridades) para la salud y el desarrollo.
En 2013 Putin promulgó una ley que castiga las ofensas de los sentimientos religiosos de creyentes, hasta con tres años de cárcel, esto tras la intervención de la banda Pussy Riot en la catedral de Cristo Salvador en Moscú, en 2012. Previo al debate, la obra Jesucristo Superestrella que se representaría en Omsk (motivo por el que se propuso el debate) fue cancelada debido a las quejas de activistas cristianos.