23/11/2024
Artes visuales
40 años, 40 voces
La dupla Lake Verea continúa esta serie de perfiles, concebida como un mosaico que aspira a expresar la diversidad sexual-creativa mexicana, a cuatro décadas de la primera Marcha del Orgullo LGBT +
A cuatro décadas de la primera Marcha del Orgullo LGBT +, presentamos esta reunión de testimonios, realizada en colaboración con Anal Magazine. Esta serie, que inició en La Tempestad 135 (junio de 2018), ofrece un mosaico que aspira a expresar la diversidad sexual-creativa mexicana. El conjunto de textos, que consta de cuarenta voces, agrupa no sólo a artistas y diseñadores, sino también gestores culturales, curadores, editores y personas del mundo de las ideas. La serie continúa con Lake Verea, que conforman Francisca Rivero Lake (1973) y Carla Verea (1978), artistas visuales.
¿Cómo empezó su proceso creativo?
CV: Empecé fotografiando y haciendo video desde muy joven. Cuando conocí a Francisca, ella hacía sonido. Poco a poco encontramos el modo de colaborar colaborar.
FRL: Vengo de familia de anticuarios. Estudié fotografía e historia del arte. Creé una empresa de sonido con Héctor Mijangos, Noise Lab, y en ese momento conocí a Carla. A partir de vivir con ella y entender su pasión por la fotografía regresé a la primera carrera que estudié.
CV: Queríamos firmar nuestra obra de forma conjunta. Encontramos que Lake Verea, el lago que se puede ver y bailar, era lo que más nos gustaba. Ni muy femenino ni muy masculino. Leemos juntas, platicamos, analizamos y después salimos a trabajar. Hay mucho pensamiento detrás, para llegar con la intención correcta.
¿Su preferencia sexual tiene relación con su creatividad?
FRL: Sin duda se trata de una sensibilidad distinta que se debe a la sexualidad. El término “femenino” es conflictivo en sí, está en reconstrucción. La inquietud de ir a los extremos, así como cierta fortaleza, tienden a no ser asociadas con las mujeres. Como artistas creamos mundos alternos que abren nuevas preguntas.
CV: Algunos dicen: “No importa qué seas, eres fluido”. Pero sí importa, importa lo que sientes. Uno sabe que no es heterosexual, que es algo distinto.
¿Su práctica creativa tiene relación con movimientos sociales?
CV: Hemos tenido la fortuna de tener muchos amigos homosexuales que nos han invitado a hacer proyectos que jamás imaginamos. Estos amigos, que a través de sus conversaciones nos han abierto muchas puertas, son una fuente de inspiración y fortaleza.
¿Cómo observan el futuro de la diversidad sexual en México con respecto a la escena del arte?
FRL. Es un momento de quiebre en el mundo del arte contemporáneo: nunca había existido tanta gente viviendo de este mercado; hay muchos espejismos. Si la historia es cíclica, da un poco de miedo lo que pueda pasar en los próximos diez años, con gobiernos de derecha o comunidades más cerradas o religiosas, que meten presión para que no exista la diversidad. No sabemos si las cosas van para delante o para atrás.
¿Qué recomiendan a la juventud?
Recomendamos que lean la revista GLU. A las artistas Gertrude Stein, Colette y Natalie Barney. En música a Goldfrapp, Peaches y Daniela Romo. En fotografía a Catherine Opie.