La Tempestad

En las últimas semanas, los integrantes de la redacción se han ocupado de lo que sigue:

 

Nicolás Cabral, director editorial

Vi películas como También los enanos empezaron pequeños (1970), de Werner Herzog; Involuntario (2008), de Ruben Östlund; El Babadook (2014), de Jennifer Kent; Mr. Turner (2014), de Mike Leigh, o Mr. Leos CaraX (2014), de Tessa Louise-Salomé. También la tercera temporada de House of Cards (2015). Sigo, con entusiasmo, Better Call Saul (2015). Leí Palo y hueso (1965), de Juan José Saer; Chajá para todos (2014), de Eduardo Milán; Giacomo Joyce (1914), de James Joyce, y la poesía que Fernando Pessoa escribió como Alberto Caeiro. Me ocupo ahora de El planisferio de Morgius Cancri (2014), de Ignacio Díaz de la Serna. Visité Micromegas, de Pablo Vargas Lugo, en el Museo Tamayo, y La mirada del siglo XX, de Henri Cartier-Bresson, en el Palacio de Bellas Artes. Oigo a 13th Floor Elevators, Monks, Deutsch Amerikanische Freundschaft (D.A.F.) y Fela Kuti, entre otros.

 

Óscar Benassini, coeditor

Estos días veo el spin-off de Breaking Bad, Better Call Saul, que hasta el cuarto capítulo ha sido genial. Volví a ver la serie negra The Beast, con Patrick Swayze. Vi Interestelar (2014), de Christopher Nolan, y lloré; Out of the Furnace (2013), de Scott Cooper, cuyo final me convenció; y Santiago (2007), el bello documental de João Moreira Salles. Estoy leyendo Los exaltados (2007), de Robert Musil; Los geniecillos dominicales (1965), de Julio Ramón Ribeyro; Arqueologías del futuro, de Fredric Jameson; y el primer volumen de la novela gráfica Saga (2012), de Vaughan y Staples. Vi la muestra El esplendor geométrico, de Carlos Amorales, en Kurimanzutto, y la recomiendo; también estuve en el Salón Acme, donde percibí un gran esfuerzo, honesto, por mapear a artistas jóvenes de distintas geografías mexicanas.

 

Guillermo García, coeditor

Leo La naturaleza de la naturaleza (1977), de Edgar Morin; terminé Soberanías en suspenso (2013), de Sergio Villalobos-Ruminott. Vi Dos días, una noche (2014), de Jean-Pierre y Luc Dardenne, con Marion Cotillard en su papel de ángel. Escucho, como siempre, a los titanes uruguayos Jaime Roos y Fernando Cabrera.

 

Guillermo Núñez Jáuregui, jefe de redacción

Hace poco vi 1900 (1976), de Bernardo Bertolucci. He estado alternando La conciencia de Zeno (1923), de Italo Svevo; Kwaidan: cuentos fantásticos del Japón (1903), de Lafcadio Hearn, y algunos relatos de Lovecraft (específicamente los del tercer tomo de su narrativa completa, editado por S.T. Joshi para Penguin). También he estado leyendo algunos de los ensayos de Byung–Chul Han publicados por Herder: En el enjambre (2014), La sociedad de la transparencia (2013) y La agonía del Eros (2014).

 

Ana León, redacción

Leí Volverse público (2014), de Boris Groys; Los condenados de la pantalla (2014), de Hito Steyerl; Contra el arte contemporáneo (2014), de Javier Toscano, y El autor como productor (1934), de Walter Benjamin. Actualmente leo Alotropías en la trinchera evanescente (2012), de Irmgard Emmelhainz. Veo la tercera temporada de House of Cards. Visité las exposiciones El derrumbe de la estatua, en el MUAC, y la de Santiago Sierra en la Galería Labor. Finalmente, escuché Voodoo (2000), de D’Angelo.

 

Carlos Rodríguez, coordinador web

Vi Dos días, una noche (2014), de los Dardenne; La ventana de enfrente, de Ferzan Ozpetek (2003); La habitación azul (2014), de Mathieu Amalric; Canciones del norte (2014), de Soon-Mi Yoo; Bajo nubes eléctricas (2015), de Aleksey German Jr.; y Caballo dinero (2014), de Pedro Costa, además de los clásicos Les diaboliques (1955), de Henri-Georges Clouzot, y El grito (1957), de Michelangelo Antonioni. Leí Un niño (1982), de Thomas Bernhard, y Filosofía del presente (2005), de Alain Badiou. Ahora estoy con Acontecimiento (2014), de Slavoj Žižek. Asistí a la muestra de Bosco Sodi en la Galería Hilario Galguera.

 

Christian Mendoza, reportero

Leí Todo lo sólido se desvanece en el aire (2011), de Marshall Berman. Vi Perros perdidos (2014), de Tsai Ming-liang. Estos días escucho Because I’m Worth It (2014), de Inga Copeland.