23/11/2024
Literatura
El bucle de la memoria
Guillermo Núñez revisa «La pampa imposible», de David Miklos, novela sobre el peso del recuerdo.
Una de las imágenes recurrentes en la obra de David Miklos (San Antonio, EEUU, 1970) es el detrito marino, los desechos que la marea deposita en la playa, ya sean de plástico o de origen orgánico. Es una imagen sugerente: a pesar del esfuerzo que ha hecho el autor por clausurar el ciclo iniciado con La piel muerta (2005), de manera explícita en Miramar (2014), ese universo signado por la memoria y la contemplación de las distintas formas que adopta el origen (biográfico, biológico, sexual, erótico, natal y, de nuevo, memorioso) vuelve, insistente, en La pampa imposible (2017). Y si la marea es la memoria reincidente, la forma de la novela necesariamente adopta el aspecto atómico de una playa ensuciada: está conformada por cinco capítulos encerrados en el paréntesis de un “Despegue” y un “Aterrizaje” (la narración es detonada por una noticia que recuerda la desaparición de un avión de Malaysia Airlines en 2014).
En ese sentido, el ciclo espiral de estas novelas no sólo se resiste a ser clausurado sino a adoptar una forma lineal y tersa: en La pampa imposible las distintas memorias se enredan en un mismo plano narrativo, obligando a una lectura alerta. Debe decirse, sin embargo, que la prosa de esta novela ofrece menos resistencia o densidad que las que le preceden, específicamente La piel muerta, La gente extraña (2006) o La hermana falsa (2008), los satélites más cercanos de la obra de Miklos; aunque hay elementos de Brama (2012), Dorada (2014) e incluso No tendrás rostro (2013) que las hermanan.
Fernanda Melchor tiene razón en recomendarla como una “novela de verano”, y no sólo por tematizar tópicos veraniegos (en este caso, la infancia en los albores de la adolescencia, la nostalgia por los años en que las vacaciones significaban algo más que un descanso finito y necesario del trabajo, una aventura; no en vano, me parece, en la novela se recuerdan, bajo el velo de la melancolía, filmes taquilleros, marcadamente veraniegos, como Tiburón o Encuentros cercanos del tercer tipo), sino por las facilidades que ofrece al lector. Pero se trata, claro, de una novela de David Miklos: no es una facilidad plena, llena de concesiones. En todo caso, es la suficiente para tolerar –para mantener la ligereza del recuerdo vacacional– una novela en la que las tragedias se suceden. La estrategia es clave: el narrador alterna el punto de vista entre un adulto que recuerda su infancia y un ligero plural infantil que, en última instancia, se revela perturbador.
David Miklos, La pampa imposible, Literatura Random House, México, 128 pp.