Luego de un año en el que el cine mexicano generó una conversación con filmes como Tiempo compartido, Museo, Nuestro tiempo y Roma, el panorama fílmico en 2019 parece interesante. Este año podremos ver películas que debutaron en festivales en los meses previos y otras nuevas –por ejemplo Esto no es Berlín, que, al igual de Roma, apela a la nostalgia de la Ciudad de México al estar ambientada en los años ochenta. Aunque Amat Escalante y Michel Franco, dos de los cineastas mexicanos más laureados en los festivales extranjeros, no han anunciado sus nuevos proyectos, en 2019 podríamos conocer el más reciente trabajo de Fernando Eimbcke, el gran ausente en el nuevo esplendor del cine mexicano. Aquí, algunos de los títulos para los meses venideros.
Los años azules (2017), de Sofía Gómez Córdova
Nominada como mejor ópera prima en la reciente entrega de los Ariel, la película de la directora mexicana narra las historias de cinco jóvenes en crisis que encaran el futuro, cuyos testigos son un gato y una casa en ruinas. La cinta, una comedia dramática que ha sido premiada en los festivales de cine de Guanajuato y Monterrey, se estrenará el 18 de enero.
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Esto no es Berlín (2019), de Hari Sama
Director de películas como El sueño de Lu (2011) y Despertar el polvo (2013), Sama estrenará este mes su nueva película en el Festival de Cine de Sundance. Esto no es Berlín es un filme que transcurre en los años ochenta y que sigue a un adolescente que vive en Lomas Verdes cuyo despertar coincide con la agitada vida underground de la Ciudad de México, antes conocida como Distrito Federal.
Cómprame un revólver (2018), de Julio Hernández Cordón
La nueva película del director de Te prometo anarquía (2015) es una historia con elementos distópicos en la que las mujeres están desapareciendo. Una chica, que ayuda a su padre a cuidar de un campo de béisbol abandonado en el que los narcos se reúnen a jugar, lleva una máscara para ocultar su género. El filme ya se proyectó en la Quincena de Realizadores, en Cannes, y en el Festival de Cine de Viena.
La camarista (2018), de Lila Avilés
La ópera prima de Avilés, elegida como cineasta emergente en el “Presente de las artes en México” de La Tempestad, guía al espectador a través del laberinto laboral y existencial de una mujer que parece condenada a la rutina de limpiar habitaciones en un gran hotel. La película, ovacionada tanto en el Festival de Morelia como en el de Marrakech, llegará al gran público este año.
Las niñas bien (2018), de Alejandra Márquez
Siguiendo la estela de películas con propuestas renovadoras con ambición comercial –por ejemplo Tiempo compartido o Bayoneta, ambas de 2018–, la propuesta de la directora mexicana es una comedia dramática. Ilse Salas interpreta a una joven adinerada que se enfrenta a la crisis económica de los años ochenta.
El complot mongol (2019), de Sebastián del Amo
En 2017 Del Amo filmó la adaptación de la célebre novela negra de Rafael Bernal, publicada en 1969. El director mexicano ha demostrado su habilidad para recrear épocas con los filmes El fantástico mundo de Juan Orol (2012) y Cantinflas (2014). El complot Mongol amenaza con ser un gran éxito de público al contar con las actuaciones de Eugenio Derbez, Damián Alcázar y Xavier López ‘Chabelo’.
Sunday Morning, de Fernando Eimbcke
En la constelación de creadores mexicanos que en los meses pasados acaparó la atención se resiente la ausencia de Eimbcke, director que moldeó la mirada tanto de espectadores como de jóvenes realizadores con las películas Temporada de patos (2004) y Club Sándwich (2013). En 2017 Eimbcke dirigió a Diego Luna en el cortometraje Sunday Morning, que forma parte del filme coral Berlín, te amo, que se podría estrenar este año.