La Tempestad

«Dales placer, el mismo que consiguen cuando despiertan de una pesadilla», dijo Alfred Hitchcock; la sentencia conjunta las ansiedades que el director británico buscó generar en la audiencia. Mañana se presentará en el Cine Tonalá 24 cuadros, música para ser asesinado, un espectáculo multidisciplinario original de Mario Lafontaine, quien interpreta al director de Psicosis.

«Hitchcock funge como hilo conductor de esta locura multimedia, que además de las composiciones de Atto Attie, también incluye música de, entre otros, Ligeti, Shostakovich, Komeda y Gainsbourg», dijo Lafontaine a La Tempestad.

24 cuadros se divide en dos partes. Algunas frases de Hitchcock funcionan como prólogo. El primer acto consiste en un concierto de Atto Attie, que se acompaña de una orquesta conformada por diez músicos, «a la manera más pura del cabaret de Berlín, con elementos de jazz, blues y baladas oscuras que siguen el estilo de Tom Waits», describe Lafontaine. Durante la ejecución de Attie se proyectan imágenes oníricas y sugerentes, editadas por el cineasta Baruq Gibran Seth. En el segundo acto se leen textos, poesías y frases de creadores como Orson Welles, Federico Fellini, Stanley Kubrick, Woody Allen, Roman Polanski, David Lynch y Lars von Trier. «Además de Hitchcock, aparecen otros personajes: una espía europea, que recuerda a Brigitte Bardot, una vampiresa y el psicópata Patrick Norman, una combinación de los protagonistas del filme del director británico y del de Psicópata americano (2000), de Mary Harron», sostiene el creador del espectáculo.

«La música fue el catalizador que le dio vida a la obra. Tanto Mario como yo teníamos en mente un espectáculo de esta naturaleza. La música fue el pretexto ideal, es la génesis y el hilo conductor de la pieza. Hace aproximadamente un año di a conocer el disco doble Soy tractor/24 Cuadros. El lado B, 24 Cuadros, fue concebido, antes de conocer a Mario, como la banda sonora de una película que no existe (o que existe en mi cabeza). Son piezas instrumentales, que al ser escuchadas por él, inmediatamente evocaron imágenes en su mente. Estas obras musicalizan la segunda parte del montaje», explica Attie.

«El teatro es apropiado para provocar. El audio, el video, la poesía, la pintura y el performance se mezclan en 24 Cuadros. Los momentos climáticos y aterradores son desactivados con bromas ácidas. Es verdad lo que dijo Hitchcock: las pesadillas son perturbadoras y divertidas», dice Lafontaine. ¿Qué rol juega la música en la creación de una atmósfera? «Cuando estudiaba film score, hice el ejercicio de quitar el audio de una película y poner música alegre en escenas de terror y música perturbadora en escenas cómicas. El efecto es contundente: hay una dislocación al descontextualizar imagen y música. Esta es una herramienta clave para evocar sensaciones, ya que la mente hace asociaciones automáticas, y condicionar al público», sostiene Attie.

«Hitchcock nunca perderá vigencia. Su técnica innovadora, las connotaciones sexuales de sus historias, sus cameos y su divertido y gran ego, así como su sentido del humor, bastante negro, dieron forma al cine moderno», concluye Lafontaine.