La Tempestad

«La idea misma de reescribir la historia –sea o no la del arte– es un concepto occidental, es decir, eurocéntrico», asegura Daniel Lezama (DF, 1968), artista visual que en octubre participará en la décima edición de la Bienal del Mercosur en Porto Alegre, Brasil, que este año propone reconsiderar la historia del arte latinoamericano desde una perspectiva no eurocéntrica, según informó la organización del evento hace unas semanas.

 

«Sabemos que la escritura de la historia siempre será parcial. Un ejemplo doloroso y reciente es el de “la verdad histórica” de las declaraciones de Murillo Karam», considera Miguel Rodríguez Sepúlveda (Tampico, 1971), que también forma parte de los creadores mexicanos que atenderán el encuentro.

 

Felipe Ehrenberg, Fritzia Irízar, Daniel Monroy Cuevas, Eduardo Terrazas, Emilia Sandoval, Francisco Ugarte, Gabriel de la Mora, Joaquín Rodríguez del Paso, José Dávila, Rodolfo Díaz Cervantes y Blanca González también participarán en la bienal, que lleva por título Mensajes desde una nueva América. El evento, curado por Gaudencio Fidelis –y en el que la mexicana Carmen Cebreros Urzaiz fungirá como curadora asistente– también exhibirá obras de, entre otros artistas, Diego Rivera, Juan O’Gorman y María Izquierdo.

 

¿Existe la necesidad de reescribir la historia del arte en Latinoamérica desde una perspectiva no eurocéntrica? Sandoval (Chihuahua, 1975) opina que es necesario considerar las situaciones de otros países del continente, «llenos de contrastes y gran complejidad». «Latinoamérica, crónicamente, y todavía más que México, siente la necesidad de la validación histórica e identitaria que el pasado colonial le parece negar. Sin embargo, el mundo tropical aparenta desactivar las visiones utópicas y las siembra de atavismos. De ahí la sensación trunca de la utopía brasileña. Con la excepción de Perú (un país verdaderamente mestizo como México, donde por ende se consumó una ensoñación sexual secreta) todas las naciones del Cono Sur sufren de utopías atoradas e incompletas», apunta Lezama.

 

Rodríguez Sepúlveda, que indaga las dinámicas de transformación y auto-percepción de la sociedad, en las que encuentra reflejos, proyecciones y paralelismos entre política, sociedad, arte y vida, asegura que el pasado artístico de México debe seguir investigándose para reconocer valores propios. ¿Es pertinente reescribir la historia del arte en México? «Curadores como Debroise o Medina propusieron sin éxito la necesidad de descalificar o reconfigurar un pasado que se defiende solo», considera Lezama.

 

Detalle de la videoinstalación «Preludio» (2013), de Miguel Rodríguez Sepúlveda.

 

 

«Cuando veo la lista de los artistas mexicanos que participaremos en la bienal encuentro una gran diversidad de lenguajes, edades e intereses. Las reflexiones deberán ser muchas», considera Sandoval González, que presentará en el evento la serie Fanerógamas Ad, un conjunto de diferentes edificios arquitectónicos y objetos de diseño creados a partir de un collage amplificado. «Somos vulnerables a los mecanismos de la publicidad. Me interesa indagar cómo influyen en nuestra vida diaria», añade.

 

Dos imágenes de la serie «Fanerógamas Ad», de Emilia Sandoval.

 

 

Lezama, que presentará en la bienal las obras Vincent y Paul en América (2004) y Leñador (2013), opina que el curador Fidelis, al considerar el modernismo de caballete, el muralismo y piezas actuales, apuesta a nuevas líneas de lectura del arte mexicano conjuntado obras de tiempos y espacios distintos. «La otra historia que propone el curador ¿será un trillado acto de protesta o reivindicación o nos devolverá la sensación de un destino que ha sido encubierto por la necesidad social o la ambición política?», concluye.

 

«Vincent y Paul en América» (2004), de Daniel Lezama.