22/11/2024
Arquitectura
Manuel Cervantes, arquitecto
Una de las obras más conocidas del arquitecto Manuel Cervantes es el diseño del Centro de Transferencia Modal (CETRAM) El Rosario, inaugurado en 2013, que conecta treinta y cinco rutas de transporte terrestre y las líneas 3 y 5 del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Recientemente Arquine publicó Manuel Cervantes Céspedes. CC Arquitectos, publicación que expone la estratega del arquitecto y su firma: desde el primer esbozo hasta llegar a la obra terminada de cinco proyectos, entre ellos el CETRAM. «En el libro se constata hacia donde apuntamos en el taller. Muestra el proceso creativo, técnico y constructivo de cada uno de los proyectos. Es una introspección a nuestra práctica y plantea un discurso para seguir trabajando», asegura Cervantes a La Tempestad.
CETRAM El Rosario. Foto de Rafael Gamo.
«Me interesa el arte de la construcción, la tectónica. No existe una buena obra arquitectónica alejada del sitio donde se emplaza. La arquitectura responde primordialmente a la cultura, la sociedad y la economía del lugar donde se construye», considera Cervantes, que junto a Samael Barrios recuperó el edificio Donceles 54, obra de principios del siglo XIX, cuya rehabilitación limpió el lugar de todos los elementos que no eran parte del diseño original.
Donceles 54. Foto de Rafael Gamo.
Dos ejemplos de la importancia de los emplazamientos en las obras de Cervantes son la casa El Mirador, ubicada en el Estado de México, anclada en un predio que permite ver el bosque y el lago de la zona, y Villas Finestres, conjunto habitacional en un risco en Ixtapa-Zihuatanejo, de frente al Océano Pacífico. En ambos casos se buscó que el entorno fuera el protagonista.
El Mirador. Foto de Rafael Gamo.
Villas Finestres. Foto de Rafael Gamo.
Con respecto al centro de transferencia en El Rosario, el arquitecto opina que se trata de una obra de alto impacto, aunque no por ello la más importante que hasta el momento ha realizado. «Los CETRAM, que ahora se plantean mucho en las agendas del gobierno, son proyectos muy complicados, son arquitecturas que responden a demasiados intereses. Hemos buscado cabildear de la mejor manera los intereses de la ciudad, el peatón, el transportista, el gobierno, los vecinos y los inversionistas. Desgraciadamente, todos contrapuestos en opiniones».
«El problema neural del transporte público en México es que, de forma contraria, este es operado por intereses privados. Si el transporte de camiones, microbuses, peseros, etc. tuviera la estructura del metro, la ciudad funcionaría de una manera muy distinta. La creación de un sistema de transporte público, autónomo y coordinado de todas las modalidades existente es una posibilidad del mejoramiento. Es inoperante un sistema dividido donde cada modalidad funciona aislada. El problema es de operación, no de arquitectura», concluye Cervantes.