21/11/2024
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SINFONÍA FÜR MEXICO CITY
Ciudad de México, 2 de marzo.- El 27 de febrero se estrenó Sinfonía Für Mexico City, pieza escrita por Hermann Nitsch. Ejecutada por Ensamble Liminar y dirigida por Andrea Cusumano, la obra tal vez no cumplió las expectativas generadas por el falso escándalo en torno a la presencia de Nitsch en México. Al contrario, la composición del austriaco resultó bastante sólida como para no ser comprendida a partir de controversias gratuitas.
¿Podemos pensar en Sinfonía Für Mexico City como una composición totalmente experimental? La orquesta tuvo una formación casi típica: cuerdas, viento, percusiones y sampler. La obra tiene como tema constante un acorde folclórico, y además se incluyeron a la instrumentación matracas y silbatos que, de una manera cinemática, remitieron al Centro Histórico con sus policías de tránsito y sus celebraciones patrias. Lo que pareciera un jugueteo turístico con la tradición nacional, la obra de Nitsch es una adición a dos de las constantes de la música contemporánea europea: el sonido en sí – el sonido como fenómeno acústico en bruto- y las manifestaciones populares. Lejos de abordar a la música mexicana en su totalidad, Nitsch la incluyó en su sinfonía a partir de instrumentos y de motivos específicos. Esta elección económica de recursos permitió un diálogo más franco con el sonido mexicano. Esta unión entre lo académico y la música popular fue anteriormente propuesta por músicos como Luciano Berio, que con sus Folk Songs parte de un mínimo de citas de la música siciliana para componer atmósferas que rebasan los perímetros del folclorismo.
A caballo entre la música concreta, el atonalismo y el minimalismo, Sinfonía Für Mexico City demandó la atención física y mental del público. Se dijo que arte tan violento como el de Nitsch no era necesario dadas nuestras circunstancias sociales. Pero en esta unión del sonido capitalino y la forma europea de representarlo, la reflexión sobre el momento presente nacional dejó de trabajar con categorías tan cerradas. Obras de este tipo –que no son nada amables y que resultan retantes emocionalmente- enriquecen el cómo pensamos el presente.