23/11/2024
Artes visuales
Obra inconclusa
Gabriel Cázares, integrante del colectivo Tercerunquinto, que estos días expone en el Museo Amparo de Puebla, detalla el carácter anárquico y plural de una pinta realizada por estudiantes de bachillerato que forma parte de la muestra
Como anunciamos hace unos días, durante el fin de semana se inauguró en el Museo Amparo de Puebla la retrospectiva Tercerunquinto. Obra inconclusa, que podrá visitarse hasta el próximo 8 de octubre. Vale la pena volver a prestarle atención pues no sólo es una oportunidad para observar el desarrollo del trabajo del colectivo, actualmente conformado por Rolando Flores y Gabriel Cázares (en un principio, además estuvo involucrado Julio Castro), sino para observar algunas de las estrategias que hacen, en efecto, de su trabajo una obra inconclusa. Es interesante, así, que no sólo se recorran dos décadas de trabajo –desde distintas aristas, algunas de crítica institucional, otras que abordan las políticas del arte público y finalmente las obras que implican al espectador– sino que se aprovechó la oportunidad para llevar a cabo obras que se mantendrán en paralelo a la exposición (algunas discretas, otras que inciden directamente en la población poblana).
Se trata, por supuesto, de un eco a las negociaciones que han llevado a cabo en otros espacios. Por ejemplo, si Open Access (2005) permitió eludir el costo de acceso a The Power Plant, en Toronto, al colocar una segunda entrada en el edificio, una de las piezas colocadas en la taquilla del Museo Amparo y que involucra a un florero local funciona también con la misma discreción (pero, al respecto, tendrá que preguntarse en el museo…).
El colectivo también trabajó en conjunto con estudiantes de secundaria de una escuela local, la José María Lafragua. El ejercicio inicialmente encaja directamente con el interés que Tercerunquinto ha tenido en la práctica del grafiti y la manera en que se vincula con el muralismo o las pintas políticas. A inicios del año pasado, por ejemplo, en la galería Proyectos Monclova, como parte de la exposición Doble fondo, presentaron obras que orbitan en torno al grafiti anónimo (los paños usados para remover pintas de muros que allí se exhibieron también pueden verse ahora en el Museo Amparo). Pero tal vez el eco más fuerte, al menos formalmente, del ejercicio realizado con los estudiantes del Bachillerato General Oficial José María Lafragua se encuentre en el video de tres canales –que también se exhibió en Doble fondo– donde un grafitero encapuchado que pinta blanco sobre blanco habla sobre el significado del grafiti. Con los alumnos se llevó a cabo un ejercicio evocativo: pintaron un muro, con grafiti, de negro. Pero el ejercicio continúa. Como explicó Gabriel Cázares, más allá de la pinta, esta obra sigue planteando un diálogo con los jóvenes: “La reacción de los jóvenes sí fue colaborativa desde un principio, estaban interesados en trabajar con nosotros, pero al mismo tiempo la experiencia no se completó hasta que les hicimos una serie de entrevistas. Durante el proceso tuvimos que guiarlos, indicándoles que no debían hacer formas, por ejemplo, sino sólo rellenar la superficie de los ladrillos del muro. Al principio les pareció una especie de automatismo, un tanto aburrido…”.
Como explicaron durante la charla inaugural de Tercerunquinto. Obra inconclusa, al colectivo le pareció importante trabajar con jóvenes que estaban por cumplir su mayoría de edad, especialmente de cara a las inminentes elecciones, pero también al tanto de las inquietudes que bullen significativamente a esa edad. De acuerdo con Cázares “hubo momentos interesantes durante el proceso, algunos cuestionaron que se usara el color negro, cosa que les disparaba otras preguntas sobre el luto o el abandono… Sumándole a ello las preguntas sobre su contexto vital o político es cuando hacían reflexiones todavía más interesantes. Tratamos de explicarles que el grafismo, la forma en que aplicaban la pintura, también era una forma de retrato: no todos pintan igual. Los detalles que a menudo pasan imperceptibles redondeaban el ejercicio de observación. Creemos que la particularidad del ejercicio es que también invoca a un gran coro de personas representadas de distintas maneras, aunque muchas veces no se distingan. La colectividad, el grupo, un cuerpo grande de personas, pueden decir lo mismo de formas distintas. Eso nos parece interesante”.
La población de estudiantes del José María Lafragua es mixta, con individuos provenientes de múltiples estratos económicos. Durante el tiempo en que dure la retrospectiva en el Museo Amparo, Tercerunquinto continuará realizando entrevistas documentales para profundizar más sobre el contexto de los jóvenes. El resultado, en principio, podrá verse en el museo –a través de un video– antes de que culmine la muestra.