21/11/2024
Artes visuales
Tercerunquinto: negociaciones
Tercerunquinto es un colectivo artístico conformado por Gabriel Cázares (1978) y Rolando Flores (1975). La arquitectura como poder político y simbólico, el espacio público en las grandes ciudades y las negociaciones entre instituciones y agentes sociales son los principales ejes de su obra.
En Escultura pública en la periferia urbana de Monterrey (2003-2006) el dueto explora cómo se integra una plancha de concreto en el ámbito que la rodea. Les interesaba el modo en que podía generar “reflexiones sobre el papel de la escultura pública, y cómo se podría generar también un diálogo con el usuario, cómo interactúa alguien con estas ideas”, explica Cázares. “Para nosotros la escultura pública en la periferia urbana de Monterrey siempre fue un espacio muy crítico porque aprendimos que el lenguaje y la práctica artísticos son ejercicios de poder”, remata Flores en esta entrevista, realizada por la Fundación Jumex Arte Contemporáneo para acompañar la muestra Excepciones normales: arte contemporáneo en México.
Queda claro que abordar la arquitectura desde sus aristas más problemáticas es uno de los intereses centrales de Tercerunquinto. En Desmantelamiento y reinstalación del escudo nacional (2008), la pieza que se exhibe en el Museo Jumex como parte Excepciones normales, el colectivo –que entonces incluía a Julio Castro Carreón (1976)– retiró temporalmente el emblema nacional de la fachada del antiguo edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Durante 24 horas, el 2 de octubre de 2008, el edificio manifestó un vacío físico y simbólico.
La documentación de este acontecimiento se muestra mediante dos grandes fotografías instaladas sobre el nivel de los ojos y un video en el que se narra la acción. “Desmantelar una representación del Estado mexicano es un proyecto muy convulso en muchos sentidos, porque estamos hablando de un emblema de la arquitectura moderna mexicana, de un espacio que fue político –la Secretaría de Relaciones Exteriores, que después supimos el papel que había tenido en la matanza del 2 de octubre de la Plaza de las Tres Culturas. Estamos hablando de un emblema, de arte, de arquitectura, de poder”, explica Flores.