José Fernández Torres (Almería, 1958), Tomatito, pertenece a una dinastía de grandes guitarristas flamencos. Hijo de Tomate y sobrino del mítico tocaor Niño Miguel, con el paso de los años se ha convertido en una leyenda de la guitarra flamenca. Durante mucho tiempo acompañó a Camarón de la Isla, esa voz incomparable del cante. Tras una gira en los Estados Unidos regresó a Europa, donde continúa con sus conciertos. Hemos tenido la suerte de compartir con él esta entrevista, donde nos habla de su arte.
“La guitarra es de tierra, / es de fuego, es de sangre, / subió sola a La Chanca, / Tomatito, a buscarte”. Estos versos de José Ángel Valente son un homenaje a su arte como guitarrista. Usted nació en La Chanca, Almería. ¿Qué tiene este lugar que tantos artistas ha dado al flamenco?
Pues no lo sé, pero es el barrio de mi familia, donde he nacido, me he criado, donde vivían mis abuelos y mis padres. Es un barrio donde los niños jugábamos con el flamenco, cantando, bailando y tocando la guitarra, como muchos barrios flamencos de Andalucía.
Forma parte de una dinastía de artistas de la guitarra flamenca. Su padre y su abuelo, Miguel Tomate, ya tocaban. ¿Cómo fueron esos años de aprendizaje del toque de la guitarra en el ámbito familiar? ¿De dónde le viene su nombre artístico, Tomatito?
Viene de mi abuelo, Miguel Tomate, pero no sé por qué le pusieron Tomate, viene de mis antiguos familiares, en Andalucía siempre había motes que se le ponían a las familias para identificarlas, por eso mi niño se llama José del Tomate, y a mí me pusieron Tomatito, el nieto de Miguel Tomate. Viene de atrás, no es una cosa que nos pongamos nosotros.
Con su tío, Niño Miguel, compartió escenarios en alguna ocasión. ¿Qué nos puede contar del gran guitarrista onubense?
Era un genio. Era un genio de la guitarra, y lo sabe toda la afición. Mundialmente reconocido por todos los guitarristas flamencos que era un genio.
Durante casi veinte años tocó la guitarra junto a Camarón de la Isla. ¿Cómo conoció al cantaor de San Fernando?
Lo conocí en Málaga, mi padre nos llevó de pequeños a vivir allí. Entré a trabajar en un tablao flamenco que se llamaba La Taberna Gitana, donde iban todas las figuras. Yo estaba en el cuadro flamenco donde había también bailaoras, yo tocaba la guitarra, era muy pequeño, unos 13 años, y me sacaban a hacer un solo. Cuando Paco de Lucía y Camarón iban yo me asustaba, eran mis ídolos y al verlos allí… imagínate. Así empiezan a conocerme.
Cuando Paco se va a hacer sus conciertos por todo el mundo, porque Paco es el guitarrista de flamenco más grande que ha dado la guitarra, Camarón empezó a llamarme a mí y desde entonces nunca me dejó.
“Cuando Paco de Lucía se va a hacer sus conciertos por todo el mundo, porque Paco es el guitarrista de flamenco más grande que ha dado la guitarra, Camarón empezó a llamarme a mí y desde entonces nunca me dejó.”
Camarón es reconocido como un genio del flamenco. Desde su punto de vista ¿cuáles eran sus cualidades más destacadas como cantaor?
Como cantaor era un estudioso del cante flamenco. Él escuchaba a todos los cantaores antiguos y a todos lo que él creía que le aportaban algo. Le decían “Hay un chico allí que canta en Jerez” y allá iba… “En Málaga hay una mujer” y él iba… “En Madrid hay alguien que canta…” y allí que se presentaba… Él tenía una autoridad de sabiduría indescriptible e inabarcable, por eso era Camarón y por eso era un genio.
Con Camarón grabó el mítico disco La leyenda del tiempo (1979), en el que participaron Raimundo Amador, Kiko Veneno o Gualberto García, del grupo Smash. ¿Qué recuerdos tiene de las sesiones de grabación de este disco? ¿Eran conscientes de la revolución que iba a suponer para el flamenco?
Yo creo que el único consciente ahí era Camarón, porque él sabía que no entenderían de momento lo que él hizo. Además hay una entrevista que se puede ver en Internet donde él dice: “No me han entendido, pero dentro de 20 años me entenderán lo que yo he querido hacer”. Efectivamente.
Su versatilidad como guitarrista le ha llevado a interpretar el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, en colaboración con la Orquesta de la Comunidad de Madrid. ¿Ha sido uno de sus mayores retos artísticos?
Pues sí ha sido un reto grande, porque yo no vengo del clásico, no sé leer música, he tenido que prepararme con un guitarrista clásico, aprendérmelo de memoria y no ser infiel a la partitura, que es lo que yo creo que debemos hacer cuando hacemos este concierto. Escrito para orquesta y guitarra, yo creo que tenemos que hacerlo lo más próximo a lo que lo hizo el maestro Rodrigo.
El flamenco, al igual que el jazz, es una música que surge de los sentimientos de un pueblo. Comparten, ambos géneros, la improvisación en su interpretación. Michel Camilo y usted colaboraron en el disco Spain (2000), con gran éxito de crítica y público. ¿Qué nos puede contar de este trabajo?
“La música es universal y no tiene idioma, lo bonito es bonito y lo que está bien hecho está bien hecho, entonces para mí es un estímulo grande como músico el aprender cada día algo nuevo.”
Para mí ha sido un gran trabajo porque aprendí mucho de este disco Spain, aprendí de Michel y de los temas que elegimos porque yo vengo del flamenco. La música es universal y no tiene idioma, lo bonito es bonito y lo que está bien hecho está bien hecho, entonces para mí es un estímulo grande como músico el aprender cada día algo nuevo. Llevamos 24 años juntos, y este año sacamos nuestro cuarto disco juntos titulado Spain Forever Again.
¿Cómo vive la grabación de un nuevo disco, el trabajo en el estudio? ¿Prefiere el directo de los escenarios?
Bueno… estamos mentalizados en que si hacemos un disco es para luego llevarlo al directo y que la gente cuando va al concierto experimente con lo nuevo que hacemos, con nuestras ganas y el motivo que tenemos y que queremos transmitir al público, que disfruten con nuestro sentimiento. Me gusta más el directo, pero para ello hay que hacer un disco y pasar por un estudio, creo que son cosas que van unidas.
Su carrera como guitarrista ha sido reconocida con diversos galardones. Recibió la Medalla de Oro a las Bellas Artes, el César por la película Vengo (2000) o el Latin Grammy. Estos premios han suscitado cierta polémica dentro del mundo del flamenco porque, en ocasiones, se nomina a artistas ajenos a este género. ¿Qué opina sobre este asunto?
Yo no entro en ese combate, nunca he entrado ni voy a entrar. Yo estoy muy agradecido con los premios que me han dado porque son un reconocimiento a mi música, pero sobre todo al género flamenco, porque soy un guitarrista flamenco.
En la edición anterior de la Bienal de Flamenco de Sevilla los espectadores pudimos asistir al ciclo Guitarra Desnuda. ¿Qué le pareció esta iniciativa?
La Bienal de Sevilla es un ciclo de flamenco importante, en el mundo del flamenco y a nivel mundial en el mundo de la música, y es bonito siempre lo que hacen.
Usted ha ofrecido conciertos en Japón, Emiratos Árabes, Francia o Colombia. ¿Es muy diferente la percepción que se tiene del flamenco en los países en los que ha tocado?
Si es diferente yo no me doy cuenta, porque gracias a Dios se llenan los teatros, te muestran sus aplausos y su cariño y su emoción, y eso hace que parezca que estamos en casa.
“Yo estoy muy agradecido con los premios que me han dado porque son un reconocimiento a mi música, pero sobre todo al género flamenco, porque soy un guitarrista flamenco.”
El Teatro de la Maestranza acogió un concierto suyo el 17 de febrero pasado. En él estuvo acompañado, al cante, por Morenito de Íllora y Kiki Cortiñas, a la percusión por Israel Suárez “Piraña”, al baile Nazaret Reyes y, como segunda guitarra, José del Tomate, su hijo. En este concierto lo acompañaron, además, Niña Pastori y La Macanita…
Ese concierto fue para mí una maravilla porque me lo pasé muy bien. Además en Sevilla, una tierra que adoro, en el Teatro de la Maestranza… todo acompañó. La Niña Pastori estuvo de escándalo, sus palabras hacia mí fueron un regalo, y La Macanita igual. Yo me lo pasé muy bien y creo que el público que vino a vernos disfrutó tanto como yo.
Los lectores de La Tempestad están muy interesados en saber si la guitarra flamenca de Tomatito va a tocar en tierras mexicanas en un futuro próximo.
Nunca hay que decir que no, México es una tierra muy bonita y hay muy buena afición en esa tierra, que conozco y que me gusta. Ojalá que pronto podamos disfrutarla.