La Tempestad

La segunda temporada de True Detective, la serie desarrollada por Nic Pizzolatto para HBO, está en marcha. Con un reparto ¿demasiado? extenso y ambientada en la ciudad ficticia de Vinci (una enorme corporación que finge ser una ciudad, trasunto de Vernon, en California), la serie ahora se enfoca en uno de los ambientes típicos del noir: la metrópolis que funge como un crisol para la corrupción y los crímenes de todo tipo, el reverso perverso del capital. En su capítulo más reciente, “Maybe Tomorrow”, prácticamente se deletreó una de las tesis del género, su carácter típicamente anti-utópico y que se supone realista (el realismo, anotó George Orwell, no es en este género otra cosa que la idea del triunfo del más fuerte). Se han anotado ya los guiños constantes al cine de David Lynch en esta nueva temporada. Vale la pena también destacar la forma en que se deslizó un comentario sobre el ahora tan socorrido cine apocalíptico: en el capítulo la pesquisa policíaca obliga una visita a un set donde se está filmando una película que evoca el mundo distópico de Mad Max, «una peli de venganza en el colapso de la civilización». Parece surgir una pregunta: ¿por qué revisitamos las narrativas del fin del mundo como lo conocemos cuando es evidente que ya ha llegado?

Un pequeño recordatorio, público lector: en La Tempestad hemos reflexionado sobre la pertinencia y supervivencia del noir. Podrán leer al respecto en nuestra próxima, inminente, edición.