03/12/2024
Literatura
Vetas y naturalezas
Presentamos siete poemas de ‘Vetas y naturalezas’ (1987), el segundo libro del italiano Valerio Magrelli, en traducción de Roberto Bernal
Presentamos siete poemas de Vetas y naturalezas, segundo título de poesía del poeta, traductor, ensayista y profesor italiano Valerio Magrelli (Roma, 1957), publicado originalmente en 1987, siete años después de la aparición del célebre libro de poesía Ora serrata retinae.
CUANDO apago la lámpara,
la oscuridad en la ventana abierta
de repente se vuelve tan clara
como en un negativo.
Esto me demuestra, al menos,
que aquí dentro
vivo en un baño de ácidos,
de sustancias corrosivas y lenticulares
de las que me siento amplificado,
palidecido y variable a la luz
como las imágenes de esta noche,
ya no sé si luminosa
o invertida o de tinieblas.
DESPENSA: nunca fue concedido
un nombre más apropiado.
Corazón de la comida dispuesto
en el alma de la casa
como el impulso inmóvil
de las cosmologías.
Espacio tabernáculo
alimentario y secreto.
¿QUÉ son los yesos de Pompeya,
moldes, prototipos o estatuas?
Quizá plantas,
las plantas ruderales,
que de algún modo surgen de la ruina
y eligen una trayectoria,
la invasión de la piedra
como lugar de su florecimiento.
CUANDO el aire se ilumina aparece
suspendida
la naturaleza del polvo,
su esencia volátil, el descenso
sobre el mundo. El polvo es la sombra
de la luz, no la que
es dada por su ausencia, sino la sustancia
que actúa, la oscuridad viva,
el alimento nocturno del resplandor.
BAJO la luz abierta
el corazón del paisaje tiembla
en sus fronteras,
centellea,
palpitante y tembloroso,
moviéndose como un enjambre
de insectos que componen formas
en la fibrilación de su vuelo.
SENTIRSE mal parece querer decir
que el dolor impide
escucharte a ti mismo.
El sufrimiento conduce
tu cuerpo lejos,
demasiado lejos para ser escuchado.
ESTAS notas sobre los días
son migas
para encontrar el sendero
a lo largo del bosque de los años.
Pero vendrán los pinzones
a borrar las huellas,
a picotear migas,
a seguir el rastro,
para comerse el camino,
para devorarte.